LA LIBERTAD | Nicolás Maquiavelo, pensador político italiano del Siglo XVI, en su clásico "El Príncipe" recomienda el estudio de la historia y las acciones de los hombres ilustres, examinando los motivos de sus victorias y sus derrotas. En esta ocasión hablaremos de los últimos procesos electorales locales de Trujillo, en el 2002 y el 2006.
El APRA es el partido más importante a nivel local. Hasta el 2006 fue una especie de PRI mexicano por estos lares. Pero ya desde el 2002 se daban algunas señales premonitorias a futuro. Aquel año, las elecciones ediles se "argentinizaron", en comparación con las elecciones presidenciales gauchas del 2003. En el vecino país del sur, ese año, el peronismo -una corriente similar al aprismo- participó fragmentado hasta en tres tendencias: Kirchner, Menem y Rodríguez Saá. Se impuso el primero.
En las elecciones municipales del 2002, en Trujillo, el aprismo, de facto, participó dividido en tres tendencias, más caudillistas que ideológicas: Pepe Murgia, Eduardo Cassinelli y Jorge Torres Vallejo. Los dos últimos buscaban captar el voto de unas descontentas bases apristas. En los resultados, Cassinelli se acercó a Murgia y lo hizo bajar de su clásico techo superior al 50% de votación.
Llegamos al 2006. César Acuña y APP pusieron fin al predominio electoral aprista en Trujillo. Ciertamente, lo positivo de dichos resultados no estuvo tanto en las calidades del beneficiario del mismo, que dejaban mucho que desear. Lo positivo estaba en el largo plazo: podía ser la ocasión para la oportunidad de otros liderazgos y fuerzas a futuro.
Fue algo comparable a la derrota del PRI en México el año 2000. No fue positiva por la opción triunfante, que era de derecha (Vicente Fox). Era positiva por cuanto permitía destrabar la política mexicana hacia opciones nuevas. Y una de esas nuevas figuras fue con el tiempo Manuel López Obrador, de la izquierda. En el 2006 le robaron fraudulentamente su triunfo en las urnas. En el caso trujillano, sería interesante que la política vaya creando las condiciones para el surgimiento de un Manuel López Obrador local.
Desde el 2006, el acuñismo local en el poder ha venido exhibiendo con creces sus carencias intelectuales y políticas. Sería lamentable que ello fuese capitalizado por un APRA pendenciero, totalmente lejano al de los mártires de 1932. Por otro lado, los apristas parecen afectos a la práctica del vudú político, esto es, la resurrección de liderazgos de antaño tediosamente longevos. Si a nivel nacional, lo peor que le podría pasar al país es el retorno del fujimorismo, a nivel local lo peor que podría acontecer en las elecciones municipales del 2010 en Trujillo sería que vuelva a triunfar el APRA.
::Democracia Ya, Patria Para Todos. Apoyando al Lic. Andrés Manuel López Obrador en 2009::
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