Nada garantiza la probidad de los agentes y terminarían volviéndose cómplices de la delincuencia
El proyecto daría entrada de facto a la corrupción entre los elementos, sostiene el ex gobernador
EUGENIA BARAJAS - Jornada Jalisco
El ex gobernador del estado, Flavio Romero de Velasco quien en su sexenio borrara de la sociedad jalisciense el terror del Servicio Secreto, rechaza contundente la medida de un posible regreso con la aprobación de la figura del policía encubierto, “No se debe regresar institucionalmente a esa medida porque no hay garantía de probidad en los agentes”.
Al paso de los años todavía enfrenta represalias por el atrevimiento de disolver el grupo policial. De aprobarse en el Congreso del Estado el decreto de ley que conformaría un grupo de élite de policías dedicados a infiltrarse en grupos delincuenciales y que marcaría el regreso del otrora Servicio Secreto sería peligroso para la sociedad porque de facto se daría paso a una corrupción evidente entre los agentes porque todos tienen su precio y se volverían cómplices de la delincuencia organizada, dejo muy en claro el ex mandatario estatal quien tras los abusos denunciados contra la policía secreta durante su gestión, decidió desaparecerla el 12 de marzo de 1981.
“No se debe regresar institucionalmente a la policía secreta, sí es una cosa institucionalizada, quién le garantiza a usted la probidad de las gentes que van a espiar a algún grupo y luego se ponen de acuerdo con los delincuentes. Era una policía anticonstitucional, por eso la clausure y se me arrancaron todos porque la sociedad decía que había desempleado a los más de 300 agentes y que iban a salir a delinquir, ese era el temor de la gente”.
Romero de Velasco recordó los negros días que vivió Guadalajara con los abusos y represiones del grupo encubierto en los años 70, elementos que de secretos no tenían nada.
“Fue un ciclo de muchos años el de la policía secreta, que no tenía nada de secreta porque ostensiblemente todas sus trampas las hacían en público, quien había cometido un delito primero pasaba por ellos y sí no se ponía a mano lo consignaban, de ahí salieron muchas fortunas”.
El ex gobernador narró el cambio que repercutió en la sociedad luego de disolver el Servicio Secreto la que recuperó un poco de confianza en las policías porque puntualizó, “eran verdaderos atracos los que cometían, era como la policía federal de seguridad que también saque de Jalisco, o la Judicial Federal que la extradite dos años del estado, tuve que luchar contra todas las policías”.
Las represalias por tomar una medida que concluía un ciclo de desapariciones, abusos y muertes casi le cuesta la vida a Flavio Romero tras recordar los atentados sufridos en ese entonces.
“Fue tanto el rencor que me tuvieron estos agentes que al salir del gobierno me ametrallaron mi casa. A partir de esa fecha el municipio tapatío me ofreció tener escoltas porque amenazaron a mis hijos y los tuve que sacar del estado. A ese grado llegaron las cosas y tuve amenazas por actuar con mano firme, no con mano dura porque eso es actuar al margen de la ley. Pero muchos que se sintieron lesionadas por la acción institucional del gobierno y creen que fue el gobernador quien lo hizo, todavía me traen a la fecha con amenazas y anónimos. Sí, los rencores no mueren”.
Descartó que tras la intención de formar ese grupo infiltrado se encuentre la mano del gobernador con licencia y hoy secretario regobernación, Francisco Ramírez Acuña, de quien se dice planea implementar la medida en todo el país y la entidad sería el laboratorio experimental.
Finalmente sostuvo su negativa a la creación de otro grupo igual a la llamada policía maldita porque resaltó que la misma policía judicial ya hace las veces de agentes investigadores profesionales, pero no aseguró que estuvieran lo suficientemente capacitados para infiltrarse en grupos delincuenciales.
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