El tema de la policía encubierta, que finalmente fue dejado como un pendiente más para los nuevos legisladores, concitó las principales quejas durante las protestas de ayer. Foto: Rafael del Río
Manifestantes intentaron tomar la tribuna en la última sesión de la LVII Legislatura
Fue una sesión larga y accidentada, y los diputados salientes dejaron a sus sucesores temas como juicios orales y la creación de una policía encubierta estatal.
Publico
Con gritos como: “Ahí están, ésos son, los que roban la nación”, “Congreso fascista, te queremos en la lista”, la Mesa Directiva tomada en medio de una protesta y la exigencia de que no aprobaran la creación de la policía encubierta, ayer terminaron sus funciones los diputados de la LVII Legislatura de Jalisco.
Fue un día largo, de negociaciones de última hora entre los coordinadores parlamentarios del PAN, Rodolfo Ocampo; del PRI, Enrique García; del PRD, Salvador Cosío; y del PVEM, Luis Alejandro Rodríguez. El resto de los diputados, como hicieron a lo largo de la Legislatura, aguardó los resultados.
Tres puntos atoraron a los líderes parlamentarios: la oposición del PRI a la creación de figuras como la policía encubierta y testigos protegidos; la oposición del PAN a que se prohibiera a los presidentes municipales participar en procesos electorales antes de que concluyan sus mandatos, y la repartición de plazas del Poder Legislativo.
Poco antes de las 21:00 horas, aún no había acuerdo en el tema de policías encubiertos y los candados a presidentes municipales. Pero los diputados ya se estaban arreglando en aprobar la asignación de plazas, sólo que con la modalidad de contratos por tres años como “supernumerarios”. Fueron 140 lugares repartidos y asignados entre las cuatro fuerzas políticas.
Los diputados fueron convocados a su última sesión ordinaria a las 12:00 horas. No comenzaron a tiempo.
Empezaron dos horas después, pero sólo para aprobar algunos acuerdos propuestos por la Junta de Coordinación Política: el Presupuesto de Egresos 2007, por 460 millones de pesos; la licencia del diputado Alfredo Argüelles, facultarlo para firmar documentos y luego elegirlo como secretario general del Congreso (ver aparte).
Luego, Enrique García, presidente de la Mesa Directiva, decretó un breve receso, para luego volver a tomar la protesta de Argüelles, que se encerró en la oficina del secretario general para “cerrar” asuntos, como la recepción de documentos y firmas de contratos para el personal que continuará en la LVIII Legislatura.
Enseguida se decretó otro receso. Faltaban diez minutos para las 15:00 horas.
A marchas forzadas, con el tiempo encima, pues sólo podrían actuar como diputados hasta las 24:00 horas, la Junta de Coordinación Política echó a andar el área administrativa del Congreso para dar contratos a 140 personas. Técnicamente no fue una basificación, pero sí les garantizaron trabajo con un contrato de tres años.
Por la tarde, los coordinadores parlamentarios negociaban la agenda legislativa. El PRI se opuso a la creación de la policía secreta y, el PAN, a prohibir que presidentes municipales compitan para otro cargo si no han concluido su periodo de gobierno.
No avanzaron, nadie cedió, y con el acuerdo de retirar de la agenda todo asunto donde hubiera algún punto en desacuerdo, para agilizar la sesión ordinaria, se reunieron en el salón del pleno, donde los aguardaban al menos 80 personas, que en su mayoría había participado en una marcha contra el incremento de alimentos y servicios básicos. “No queremos pan, queremos tortilla”, coreaban, y otros golpeaban cacerolas.
La sesión estaba por comenzar cuando un grupo de 50 personas, a empujones, se apropió del área de la Mesa Directiva, por el frente. “La tribuna no”, gritaba impotente un guardia de seguridad del Congreso.
Rodolfo Ocampo se puso al centro de los manifestantes y les aseguró que el dictamen de la policía encubierta sería retirado y dejado a los nuevos diputados.Los manifestantes le creyeron y regresaron a la galería, y luego, al comenzar la sesión, Enrique García reiteró lo que les había dicho Ocampo. Eran las 21:10 horas. Para que no quedara duda, al momento de retirar ese dictamen, se pidió que se leyera. El retiro sucedió a las 21:40 horas.
Satisfechos, los manifestantes se fueron poco a poco.
La sesión continuó, y para terminar a tiempo, pues a las 24:00 horas dejarían de legislar, retiraron sin discusión dictámenes con dudas, como la instauración de juicios orales.
La LVII Legislatura concluyó. En el salón se escuchó un comentario: “El virus que los infectó al comienzo de la Legislatura la dejó necrosada”. El “virus”, comentaban diputados en los pasillos, fue el mismo que le hizo cambios sin consultar a la Ley Orgánica del Poder Legislativo que crearon el 6 de febrero de 2004, cuando comenzaron su función. El “virus”, decían, fue Salvador Cosío Gaona.
- Claves
De corrido
• Se dejó para la LVIII Legislatura el dictamen que crea la policía encubierta y el sistema de testigos protegidos, así como la instauración de los juicios orales en Jalisco
• Se fusionó la Comisión de Administración con la Junta de Coordinación Política, volviendo al esquema de la antigua Ley Orgánica: asuntos administrativos se resuelven a la par que los políticos
• Se declara 2007 Año de la Participación Ciudadana
• Se crearon la Ley de Gestión Integral de los Residuos; la Ley de Coordinación en Materia de Sanidad Animal; la Ley del Agua para el Estado de Jalisco; la Ley sobre el Escudo, Bandera e Himno del Estado de Jalisco, y la Ley de Caminos y Puentes
• Se aprobaron sin cargos diez cuentas públicas municipales
• Se declaró benemérito en grado heroico a Francisco Tenamaxtli y se inscribirá en letras de oro en el Salón de Sesiones del Congreso
Guadalajara / Rubén Alonso
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