La “crisis financiera” del IMSS: ¿culpa de los trabajadores?
CARLOS R. SEPÚLVEDA LUNA* - Jornada Jalisco
Las trabajadoras y los trabajadores del Seguro Social y las vertientes sindicales democráticas surgidas en Jalisco y en varios estados de la República en 1989, han construido su propia historia a partir de la lucha de resistencia por la defensa del Contrato Colectivo de Trabajo (CCT), de la seguridad social y por la democracia sindical, cuando lograron la caída y remoción del entonces secretario general Antonio Punzo Gaona, quien pretendía modificar 12 cláusulas contractuales que afectaban los derechos de los trabajadores, propuesta que fue rechazada por la gran mayoría de los delegados del XXI Congreso Nacional Extraordinario del Sindicato Nacional de Trabajadores del Seguro Social (SNTSS), entre ellos, varios delegados del estado de Jalisco. La lucha por alcanzar la democracia en el Sindicato del Seguro Social, permitió que surgiera en el estado de Jalisco el Movimiento de Trabajadores en Lucha “Aguila Descalza”, y posteriormente, cuando se impulsó la lucha por la defensa de la seguridad social, de la salud y del CCT, emergió la Corriente Sindical Alternativa Democrática “Sí se Puede”, coincidiendo a nivel nacional con el esfuerzo democrático de la Corriente “Rojinegra”.
Los trabajadores no se han equivocado en esta larga lucha de resistencia, porque las reformas a los sistemas de salud en América Latina y en el mundo han sido en realidad un fracaso para el sector laboral, especialmente las implantadas en los últimos 30 años bajo la visión del modelo del capitalismo salvaje y depredador. Así lo reconocen asesores y analistas del Banco Mundial (BM), quienes aseguran que no se han cumplido los principales objetivos que se plantearon las políticas neoliberales: a) reducir aún más el gasto social de los gobiernos, mediante la transferencia de los gastos de salud a los municipios y a los estados para pagar la deuda externa o sus intereses; y b) facilitar más la privatización de los servicios de salud.
En México, el proceso de privatización iniciado hace 24 años aumentó la desigualdad social, y la descentralización del sector salud fue un serio obstáculo para que se concretara la privatización, porque tuvo un alto costo económico para el país. Por eso, uno de los objetivos más importante de las reformas neoliberales sigue siendo la privatización de los servicios de salud, de la seguridad social y de los sistemas de jubilaciones y pensiones.
El gobierno neoliberal de Vicente Fox, culpó a los trabajadores de la “crisis financiera” por la que atraviesa el IMSS, con el argumento de que un “grupo minoritario” de 360 mil empleados obtienen “onerosas” percepciones salariales y gozan de “costosas” pensiones y jubilaciones. La dirección del IMSS se hizo cómplice del presidente, afirmando que se destina entre el 80 y el 90% del presupuesto al pago de sueldos, salarios, prestaciones, jubilaciones y pensiones, y sólo entre 10 y 20% lo gasta en medicamentos, material, mantenimiento de equipo e infraestructura, por lo que el instituto “carece de los recursos suficientes” para cubrir y atender la demanda de 54 millones 224 mil 903 mexicanos derechohabientes, según el informe del IMSS presentado en junio de 2005.
Pero lo que ocultaron las autoridades del Instituto y el gobierno foxista, es que a partir de las reformas a la Ley del Seguro Social de 1995, el IMSS ha sido sometido a una brutal política de desmantelamiento y privatización, adelgazando las bases de su financiamiento: reduciendo las cuotas a los patrones en los seguros de enfermedad y maternidad en 33% y del 1% al 0.08% en guarderías; eliminando las jubilaciones de los trabajadores de confianza de nuevo ingreso; subrogando servicios médicos y guarderías a hospitales y empresas privadas; el adeudo de 120 mil millones de pesos que tiene el gobierno federal desde 1997 con el IMSS por concepto de gastos de transición y seguro de enfermedad y maternidad; el incumplimiento del gobierno federal para cubrir los gastos médicos de jubilados y pensionados que se estiman en 202 mil millones de pesos anuales; la evasión y elusión de cuotas de los patrones y empresarios que ascienden aproximadamente a 20 mil millones de pesos anuales; la reducción del presupuesto federal al Seguro Social en materia de salud y seguridad social que apenas representa el 2.5% del PIB, muy por debajo del porcentaje recomendado por la Organización Mundial de la Salud (OMS); el creciente desempleo y la reducción de los empleos formales que aminoran los ingresos del IMSS; la aplicación de la política de contención y “topes” salariales, para mantener estancados los sueldos de los trabajadores mexicanos afiliados al IMSS, que ha generado durante casi 30 años la reducción de ingresos al Seguro Social; las reservas financieras inmovilizadas calculadas en 70 mil millones de pesos; la sustracción del 30% de los recursos del IMSS que se entregaron a los dueños de la banca usurera, con motivo de las reformas a la Ley del Seguro Social de 1995, cuando se crearon las Afores, negocio que les ha generado utilidades por más de 17 mil millones de dólares en tan solo 10 años, que representan el 25% del Producto Interno Bruto del país.
¿Quién está desfinanciando realmente al IMSS? Porque el débil argumento de que los trabajadores del Seguro Social ganan “onerosos” sueldos, no es más que un mito neoliberal, porque un análisis de 15 categorías salariales realizado por el Centro de Análisis Multidisciplinario (CAM) de la Facultad de Economía de la UNAM, permite conocer que los salarios reales de los empleados del IMSS han tenido una pérdida acumulada promedio de 70%, en el período que comprende de 1978 al año 2004. De acuerdo al Reporte de Investigación No. 68 del CAM, publicado en agosto de 2005, se observa que durante 26 años los salarios de los trabajadores del Seguro Social han sufrido una fuerte caída en su poder adquisitivo, y que al cierre de 2004, arroja los siguientes resultados: auxiliar de servicios de administrativos, -70.92%; oficial de almacén, -69.67%; auxiliar de enfermera general, -67.55%; enfermera general, -70.16%; oficial de farmacia, -68.26%; auxiliar de servicio de intendencia, -66.03%; auxiliar de laboratorio, -70.27%; laboratorista, -75.52%; médico familiar. -77.93%; médico no familiar, -77.93%; químico clínico, -73.86%; técnico radiólogo, -74.31%; trabajadora social, -70.66%; auxiliar universal de oficinas, -69.12% y oficial de estadística, -74.80%.
Fuentes: IMSS, SNTSS, Contrato Colectivo de Trabajo de varios años, Banco de México, INEGI, talonarios de cheque de las categorías de los trabajadores del IMSS.
Cabe añadir que la composición de los ingresos de los empleados del Seguro Social, se agrupa en dos partes: el salario real, que representa el 30-40% del total de sus percepciones, y las prestaciones económicas, que significan el 60-70% de sus ingresos mensuales.
El cuadro estadístico, infiere que los trabajadores del IMSS necesitan de manera urgente un aumento salarial promedio del 70%, para poder recuperar la pérdida que han sufrido sus percepciones en casi tres décadas de estancamiento y “topes” salariales impuestos por los gobiernos neoliberales, los patrones y la complicidad de los dirigentes del sindicato de los empleados del Seguro Social.
* Carlos R. Sepúlveda Luna, Comité de Ciudadanos Jaliscienses en Apoyo a López Obrador (CIJALO) e-mail: resistenciapopular@hotmail.com. Redes Ciudadanas de Jalisco.
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