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sábado, julio 25, 2009

Disculpen la molestia: armados contra los pobres (ll parte) Eduardo Galeano


Si la justicia internacional de veras existe, ¿por qué nunca juzga a los poderosos? No van presos los autores de las más feroces carnicerías. ¿Será porque son ellos quienes tienen las llaves de las cárceles?

¿Por qué son intocables las cinco potencias que tienen derecho de veto en Naciones Unidas? ¿Ese derecho tiene origen divino? ¿Velan por la paz los que hacen el negocio de la guerra? ¿Es justo que la paz mundial esté a cargo de las cinco potencias que son las principales productoras de armas? Sin despreciar a los narcotraficantes, ¿no es éste también un caso de “crimen organizado”?

Pero no demandan castigo contra los amos del mundo los clamores de quienes exigen, en todas partes, la pena de muerte. Faltaba más. Los clamores claman contra los asesinos que usan navajas, no contra los que usan misiles.

Y uno se pregunta: ya que esos justicieros están tan locos de ganas de matar, ¿por qué no exigen la pena de muerte contra la injusticia social? ¿Es justo un mundo que cada minuto destina 3 millones de dólares a los gastos militares, mientras cada minuto mueren 15 niños por hambre o enfermedad curable? ¿Contra quién se arma, hasta los dientes, la llamada comunidad internacional? ¿Contra la pobreza o contra los pobres?

¿Por qué los fervorosos de la pena capital no exigen la pena de muerte contra los valores de la sociedad de consumo, que cotidianamente atentan contra la seguridad pública? ¿O acaso no invita al crimen el bombardeo de la publicidad que aturde a millones y millones de jóvenes desempleados, o mal pagados, repitiéndoles noche y día que ser es tener, tener un automóvil, tener zapatos de marca, tener, tener, y quien no tiene, no es?

¿Y por qué no se implanta la pena de muerte contra la muerte? El mundo está organizado al servicio de la muerte. ¿O no fabrica muerte la industria militar, que devora la mayor parte de nuestros recursos y buena parte de nuestras energías? Los amos del mundo sólo condenan la violencia cuando la ejercen otros. Y este monopolio de la violencia se traduce en un hecho inexplicable para los extraterrestres, y también insoportable para los terrestres que todavía queremos, contra toda evidencia, sobrevivir: los humanos somos los únicos animales especializados en el exterminio mutuo, y hemos desarrollado una tecnología de la destrucción que está aniquilando, de paso, al planeta y a todos sus habitantes.

Esa tecnología se alimenta del miedo. Es el miedo quien fabrica los enemigos que justifican el derroche militar y policial. Y en tren de implantar la pena de muerte, ¿qué tal si condenamos a muerte al miedo? ¿No sería sano acabar con esta dictadura universal de los asustadores profesionales? Los sembradores de pánicos nos condenan a la soledad, nos prohíben la solidaridad: sálvese quien pueda, aplastaos los unos a los otros, el prójimo es siempre un peligro que acecha, ojo, mucho cuidado, éste te robará, aquél te violará, ese cochecito de bebé esconde una bomba musulmana y si esa mujer te mira, esa vecina de aspecto inocente, es seguro que te contagia la peste porcina.

Eduardo Galeano

Primera parte

::Democracia Ya, Patria Para Todos. Apoyando al Lic. Andrés Manuel López Obrador en 2009::

miércoles, diciembre 31, 2008

El precio de un solo israelí

El precio de un solo israelí

JOHN BERGER Y EDUARDO GALEANO
30-12-2008 05:52:38

No somos sino espectadores del más reciente -quizás penúltimo- capítulo del viejo conflicto de 60 años que enfrenta a Israel y al pueblo palestino. Sobre las complejidades de este trágico conflicto se han vertido incontables opiniones, defendiendo una u otra de las partes enfrentadas. Hoy, con los ataques israelíes desarrollándose ininterrumpidamente sobre Gaza, el cálculo esencial -que siempre fue materia reservada- y que subyace tras el conflicto ha sido revelado en toda su crudeza: la muerte de una víctima israelí justifica la muerte de cientos de palestinos. La vida de un israelí es tan valiosa como la de un centenar de vidas palestinas.

Esto es lo que el Estado israelí y los medios de comunicación - tan solo con algunas excepciones marginales- repiten ciegamente. Y esta reclamación, que acompaña y a la vez justifica la más larga ocupación de un territorio extranjero en el siglo XX de la historia europea, es visceralmente racista.

Que el pueblo judío debe aceptar esto, que el mundo debería comprenderlo, y que los palestinos deberían asumirlo... es uno de esos chistes irónicos de la historia. Y no tiene gracia en ningún lugar. Nosotros podemos, sin embargo, rebatirlo, con más y más voces. Hagámoslo.



::Democracia Ya, Patria Para Todos. Apoyando al Lic. Andrés Manuel López Obrador en 2008::

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