Gobernanza en el ambiente
Publico
jeloyb@hotmail.com
Me refiero precisamente al entorno ecológico y el impacto que tienen sobre él las distintas actividades humanas, que no sólo explotan como recursos a los bienes naturales extraídos de los ecosistemas, sino que también ensucian y dañan --en ocasiones irreversiblemente--. Regular y controlar nuestra actitud antropológicamente depredadora y tutelar las bondades de la naturaleza constituyen una obligación de todos, especialmente de quienes gobiernan.
Al frente de las oficinas ambientales en sus tres niveles de gobierno, es imprescindible que no sólo se tenga conocimiento y experiencia de la norma jurídica, ámbito de competencia y eficiencia administrativa, para el caso, se puede incluso ser un erudito en la ecología. La situación crítica que guarda el medio ambiente, la baja calidad de vida, la fragilidad de la biodiversidad y las amenazas crecientes de las tendencias desarrollistas que caracterizan al libre mercado, requieren de manera urgente una actitud ética, de compromiso con la verdad, humildad y honradez para el desempeño de la función pública.
Más que nunca, la realidad obliga a cambios cualitativos en la forma de gobernar y a repensar las estructuras vigentes de la economía, la política y la sociedad, ante las amenazas del cambio climático y sus devastadoras consecuencias; la contaminación de alimentos, por el desmedido uso y escaso control de sustancias tóxicas que impactan suelos y cuerpos de agua; amen de los desinfectantes carcinógenos que se usan para potabilizar las aguas contaminadas y que, ya entubadas, vuelven a ser un riesgo a la salud; la destrucción de manglares que son incubadoras naturales y necesarias para las especies acuáticas; la reducción de bosques y valles por la expansión urbana desordenada con sus malogrados desarrollos habitacionales. Seguir sería interminable.
El próximo Plan Estatal de Desarrollo para Jalisco y los propios de cada municipio deben incluir una base sólida de participación de los diversos sectores interesados en el desarrollo sustentable. Los gobernantes no deben olvidar que un Estado democrático es tolerante y respetuoso con la opinión de los ciudadanos. También debe demostrar sensibilidad ante el malestar de la población que ha llegado al hartazgo del cinismo y complicidad con quienes buscan poder y negocios turbios, sin importarles el bien común, la salud colectiva y las demandas sociales prioritarias. No sólo para los pobres y marginados es un terrible agravio el dispendio y derroche de recursos que convierte en soberbios, arrogantes e indolentes a los funcionarios públicos, sino también para el medio ambiente, que tanto necesita de la sustentabilidad con justicia, del consumo responsable y la austeridad.
Hay mucho por hacer, pero lo más triste y patético es que les gane el simplismo e improvisación a los gobernantes de nuevo cuño o de cuestionable trayectoria, y ante esa triste realidad no queda sino seguir insistiendo y luchando en la constitución auténtica y efectiva de consejos consultivos ciudadanos en todas las áreas del gobierno, con capacidad de fiscalizar y dar seguimiento al desempeño de los funcionarios.
Ciudadanos por el Medio Ambiente
2 comentarios:
Cómo puedo subir un artículo a este blog?
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