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lunes, marzo 07, 2011

“A Vargas Llosa no hay que hacerle el favor de atacarlo ni de tirarle huevos podridos” Eduardo Galeano


Entrevista a Eduardo Galeano

6 de Marzo de 2011
Diario Tiempo

Por Tomás Forster

El escritor uruguayo opina sobre la polémica que surgió con el Premio Nobel de Literatura, analiza el surgimiento del kirchnerismo en la Argentina y critica la decisión de “Pepe” Mujica de seguir instalando pasteras en Uruguay.

A partir de las primeras décadas del siglo XIX, Occidente comenzó a engendrar uno de los parásitos indisolubles del capitalismo contemporáneo: la burocracia. La literatura rusa de esa centuria, con Nikolái Gógol y Fiódor Dostoievski como referentes esenciales, puso en el centro de la escena a ese hombre aparentemente anónimo, apático y gris que era el empleado administrativo. Pero fue, posteriormente, en la obra de Franz Kafka, cuando lo burocrático apareció como un elemento omnipresente, capaz de atravesar todas las esferas de la vida social. A los tres escritores, la historia del siglo XX les daría la razón con creces. Los tres, sin dejar de estar condicionados por las complejidades de las distintas épocas que transitaron, fueron capaces de desentrañar uno de los rasgos más trágicos e inevitables de la era moderna.

Sin que sus reflexiones apuntaran directamente a un horizonte político, vislumbraron el sombrío desenlace que le esperaba a la humanidad a lo largo del siglo XX. El poder burocrático, el saber técnico-racional que le otorgó razón de ser no sólo se puso al servicio de dos guerras mundiales, sino que desfiguró a revoluciones que emergieron llenas de potencialidad creadora.

Pasada una década del siglo XXI, un escritor nacido en orillas alejadas y sureñas, de importancia ineludible para los pueblos que luchan y no se resignan, resiste a esa forma de vida desapasionada y gélida. Lejos de sentir indiferencia por el orden desigual que impone el sistema, en su faceta neoliberal actual, alguna vez Eduardo Galeano expresó que “al fin y al cabo, somos lo que hacemos para cambiar lo que somos”.

Caminante incansable a través de diversos géneros literarios, constructor de frases que se arraigaron en el imaginario militante, geólogo de la memoria olvidada de un continente debajo de capas cimentadas durante 500 años de opresión, Galeano mantiene una frescura y una sensibilidad extraordinarias. Llano y fraterno, simple y hondo, a la vez, de hablar pausado como buen oriental, el autor de El libro de los abrazos se entregó a una entrevista a fondo con Tiempo Argentino. Sin perder de vista el rumbo, se embarcó en un viaje con varias escalas: su relación con la escritura, la infancia, el exilio, la vida en Montevideo, la polémica que disparó la presencia del premio Nobel en la inauguración de la Feria del Libro, la actualidad política que vive Latinoamérica, los sucesos que conmueven a Medio Oriente y al Magreb e, incluso, motivado por su amor a la redonda, habló sobre el fútbol uruguayo, jugó para el lado de los que defienden la técnica y la fantasía, y les tiró un caño a los que sólo piensan en ganar a cualquier precio.

–En varias ocasiones afirmaste tener siempre el mismo pánico a la hoja en blanco, que escribir te cuesta tanto como la primera vez, ¿ese rasgo explica la vitalidad que mantiene tu escritura?

–Así parece. Siento el mismo pánico de la primera vez. Es la prueba de que no me jubilé ni me burocraticé. En el momento de ponerme a escribir me tiemblan las rodillas, transpiro y se me seca la boca como la primera vez. Es como no perder las ganas de hacer el amor e, incluso, sentir como sí fuera la primera vez. Al margen del paso del tiempo, de los muchos libros que escribí, cada página en blanco siempre va a ser la primera página, la primera vez, y así logro que mi escritura le escape a la rutina.

–¿Cuál es el recuerdo del botija que fuiste?

–Tuve una infancia muy mística. Tenía metida la certeza de una especie de deber espiritual. Estaba muy influenciado por la educación católica que recibí. Pero ya de adolescente tomé nota de que lo mío era el pecado (risas). También, como todos los uruguayos, quise ser jugador de fútbol pero era un patadura sin redención. Y ahí me quedé navegando sin agua, hasta que empecé a tratar de dibujar y escribir. Lo primero que publiqué fueron caricaturas políticas, a los 14 años, en el semanario socialista El Sol. Pero por ese lado no prosperaba mucho la cosa y empecé a escribir y a sentir ese pánico a la hoja en blanco que me persigue hasta hoy en día…

–¿Qué es lo que perduró de aquel niño y de aquella formación inicial en tu relación adulta con la escritura?

–Supongo que uno es la suma de todas esas búsquedas, que uno anda en la vida dando palos de ciego, hasta que encuentra algo que lo envuelve y lo apasiona. Lo que más me ha marcado son las ganas que tuve y sigo teniendo de pintar y dibujar. Eso lo pude resolver porque pinto escribiendo. Así sea narrar un hecho que ocurrió, una sensación o una idea, tengo que cerrar los ojos y verla como imagen. Si no consigo convertirla en imagen, no logro escribir sobre ella.

–¿Cuáles son los ejes y elementos más esenciales de tu obra?

–Ante todo, la libertad. Nunca me obligué a escribir nada, escribía y sigo escribiendo lo que voy sintiendo. Las pocas veces que cometí el imperdonable pecado de obligar a la mano a escribir lo que la conciencia dicta, nunca me sentí bien. El resultado no era espontáneo ni verdadero. Con los años fui adquiriendo ese derecho a escribir lo que siento de veras, y también la posibilidad material de hacerlo, porque tengo la suerte, el privilegio en este mundo, de que mi vocación coincide con mi trabajo. Vivo de lo que escribo. La mayoría de la gente vive a contracorazón, en actividades que no tienen nada que ver con lo que quisieran hacer.

–¿Cómo vas desarrollando el proceso de la escritura?

–Cada texto minúsculo, chiquito, de esos que me gustan escribir a mí, es el resultado de muchas tentativas. Escribo tachando. Eso me lo enseñó Juan Rulfo. El escritor admirado y el amigo fraterno. Nos conocimos hace muchos años, entre largas caminatas, charlas y silencios. Rulfo me mostraba los lápices que tienen la goma de borrar atrás y el grafo del otro lado, y señalando el culo del lápiz me decía: “Se escribe con este lado, y señalaba la goma, más que con este, y señalaba el grafo.” Luego, fui descubriendo un estilo propio. Construyo mosaicos en baldositas pequeñas, de diversos colores, que van armando una historia grande cuando se juntan entre ellas. 

–¿Estás preparando un nuevo libro?

–Sí, escribo sin cesar porque es lo único que sé hacer. Pero soy muy lento, como las vacas uruguayas que son de parición lenta. Cada libro me lleva cuatro años, cinco, a veces más. Y no me gusta hablar de lo que escribo, porque después pierdo las ganas de escribir y de contar historias sí las cuento demasiadas veces.

–¿Qué significó el exilio en tu vida?

–El exilio nació como una penitencia y terminó como una etapa de creación muy importante. “Gracias” a la dictadura militar de mi país pude escribir la trilogía Memoria del fuego. Los milicos fueron casi los coautores, porque me obligaron a desprenderme de mis ocupaciones diarias. Ocurre que cuando uno está tan enganchado en las urgencias de la tarea cotidiana y, en aquel entonces yo estaba muy ocupado por el oficio periodístico y por tareas militantes, cuesta encontrar los huecos para la escritura más libre. Y el exilio me permitió armar ese rompecabezas de la historia americana que es Memoria…

–¿Por qué volviste a elegir a Montevideo como tu lugar en el mundo?

–Me gusta vivir en Montevideo. Es la ciudad donde nací, aunque no es por eso porque nadie te pregunta donde querés nacer. Pero, en verdad, elegiría una y otra vez a mi ciudad porque se puede respirar y caminar, dos derechos que no existen en otras ciudades importantes.

–Grandes escritores, de diversas ideologías, lograron que sus prejuicios, su mirada individual del mundo e, incluso, su posición política se vieran superados por la profundidad y amplitud de su obra. En el caso de la llamada literatura comprometida, ¿cómo lograr que la palabra no quede aprisionada por la realidad inmediata?

–Yo hago literatura comprometida, es lo mío. Me siento muy comprometido con el oficio literario que, para mí, es un oficio solidario. El peligro está siempre en el discurso de cotillón, en convertir lo que uno escribe en una pancarta y eso es completamente inútil, porque uno terminaría escribiendo mensajes para los convencidos. Y nada más que eso. La literatura que llega realmente es la que transmite misterio, electricidad de vida, y las ideas están adentro pero no se tienen que notar de un modo implícito. Por eso siempre digo que trato de plasmar una literatura senti-pensante. Mi lenguaje quiere ser capaz de unir a la razón y el corazón porque la literatura, cuando es nada más que pensante, corre el riesgo de ser frígida, y cuando es sólo sentimental, corre el riesgo de volverse cursi.

–En los últimos días se desató una polémica, en el ámbito intelectual y cultural nacional, acerca de la presencia de Mario Vargas Llosa en la inauguración de la Feria del Libro de Buenos Aires, ¿cuál es tu mirada al respecto?

–Creo que, en todos los planos de la vida, las prohibiciones prestigian lo que prohíben. A este señor no hay que hacerle el favor de atacarlo ni de tirarle huevos podridos porque, probablemente, es lo que más le conviene. La mejor publicidad que puede tener algo o alguien, un producto o una persona, lo que sea, es la prohibición. Los ejemplos históricos abundan. La ley seca fue el origen de la fortuna de Al Capone. Recuerdo, en mi caso, lo que paso con Las venas abiertas de América Latina. Apenas se publicó, nadie le hizo caso, ni mi familia lo leyó (risas). Hasta que las dictaduras militares lo prohibieron y, a partir de ese momento, súbitamente el libro empezó a ser interesante, y eso ocurrió como un año y pico luego de salir la primera edición.

–En esta última década, en esta parte del mundo surgieron varias experiencias políticas novedosas y transformadoras. ¿Cómo creés que se insertó, en esta época, la Argentina gobernada por el kirchnerismo?

–Es parte de una ola existente que me parece muy positiva. Por suerte, esto está ocurriendo en muchos lugares de la región. Hay una energía de cambio que está dando resultado, con las formas y realidades propias de cada país.

–¿Y por dónde pasan las posibilidades de cambio estructural para Latinoamérica?

–Hay que recordar que el país más independiente, del siglo XIX, fue el Paraguay de los López, aniquilado por no estar atado a la banca británica, sin depender de esos préstamos que estrangulaban la libertad. Fue el primer país que tuvo un desarrollo hacia dentro, no orientado al mercado mundial dominado por el imperio de turno. Este es un momento muy importante, porque después de aquellos años, se está recuperando progresivamente esa tradición de dignidad. Hay numerosos signos de que este es el camino para seguir avanzando. Hay que decir, también, que el patriotismo parece un privilegio de los países ricos, que predican el librecambismo para afuera pero son ultraproteccionistas puertas adentro. Cada vez que empezamos a preocuparnos por nosotros mismos, a defendernos, nos acusan de populistas, demagogos, porque buscan desgastar estos procesos políticos.

–¿Cuál es tu balance de lo que viene siendo la presidencia de Pepe Mujica en Uruguay?

–El balance es positivo, sin duda. Pero Uruguay está teniendo la contradicción que más me preocupa y que se encuentra en todos estos gobiernos con ganas de cambiar la Historia. Es la contradicción entre búsqueda de más justicia social y la causa ecológica. Les cuesta reconocer que los derechos de la naturaleza y los Derechos Humanos son dos nombres de la misma dignidad. Entonces, uno se encuentra con gobiernos que están aliviando la pobreza pero, por otro lado, siguen incurriendo en el tradicional pecado latinoamericano de entregar sus recursos a cambio de nada. En Uruguay, el gobierno de izquierda sigue recibiendo, como si emanaran del cielo, a las plantas de celulosa que arrasan la tierra, que envenenan el aire y te secan el agua. Eso es pan para hoy y hambre para mañana. Es algo que debe cambiarse en toda la región. Por suerte, ahora, países como Bolivia y Ecuador establecieron constitucionalmente que la naturaleza tiene derechos.

–¿Cómo analizás lo que está ocurriendo en Medio Oriente y en el norte de África actualmente? ¿Cuál es la responsabilidad de Occidente en esos acontecimientos?

–Es una sorpresa muy estimulante. Me parece estupendo ese reguero de fuego tan contagioso, que no hay quien lo pare. Nació de la paliza que recibió un vendedor ambulante de frutas y verduras en las calles de Túnez y se convirtió en un fuego popular que está quemando las estructuras de poder de un mundo muy despótico, enemigo de la libertad. Es un incendio emancipador que lleva adelante la gente que se hartó de ser nadie. Es una manera de decir que tienen derechos, que existen y que quieren terminar con esos regímenes absolutistas, absurdos. Dictaduras mimadas por los Estados Unidos y Europa por su riqueza petrolera.

–¿Cuáles son los mayores desafíos que atraviesa la izquierda contemporánea?

–La izquierda debe revitalizarse en la diversidad. Dejar atrás definitivamente los dogmas, la verdad única, los fundamentalismos y abrirse a la diversidad de la realidad. En eso me parece que se avanzó mucho. Se diluyeron ideas ridículas como aquella que sostenía que las mujeres se iban a liberar automáticamente cuando la clase obrera tomara el poder. Es una idea que ya no defiende nadie porque está claro que las mujeres se defienden por su cuenta. Otro dogma insostenible era el que profesaba que la única respuesta ante la omnipotencia del mercado era la omnipotencia del Estado. Esto derivó en la burocratización total de esos países. Por suerte, la Historia no dice adiós, dice hasta luego, y las experiencias resucitan y se transfiguran.

::Democracia Ya, Patria Para Todos. Apoyando al Lic. Andrés Manuel López Obrador en 2011::

miércoles, agosto 12, 2009

Canal 6 de Julio nos presenta el trailer de su última producción titulado: ¿Adiós a la izquierda?



De la mano de voces autorizadas y conocedoras como Paco Ignacio Taibo II, Adolfo Gilly,Guillermo Almeyra entre otros. Canal 6 de Julio nos presenta el trailer de su última producción titulado: ¿Adiós a la izquierda? el cuál hace referencia a un pasado con diferentes matices, desde las grandes victorias, hasta el fantasma de los fraudes electorales. Este documental se puede adquirir en formato DVD desde la página de la productora www.canalseisdejulio.com

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martes, febrero 24, 2009

“Soy escritor prolífico por abstemio y monógamo…”

Orgulloso de pertenecer a una comunidad en donde puede citar un centenar de nombres de escritores críticos y decentes, el autor celebra sus 60 años con tres nuevos libros.

Milenio

Paco Ignacio Taibo II nació el 11 de enero de 1949 en Gijón, España, la misma ciudad donde en 1987 fundaría La Semana Negra, un encuentro ya clásico del género policial. Vive con júbilo el haber heredado de su padre la pasión por la escritura. “La presencia de mi padre siempre fue un inmenso estímulo en mi vida. Era un gran compañero, muy cuidadoso de no imponerte opinión alguna, de no obligarte a andar por sus mismos caminos y de reconocerte tu autonomía”, dice. “Además, era más alto, más guapo, más simpático y escribía mejor que yo. No tengo ningún problema en reconocerlo”, afirma.

Son tres los títulos que ha presentado recientemente: Arcángeles, Bolcheviques y Tony Guiteras. En Bolcheviques, Taibo II reseña la creación del Partido Comunista Mexicano, formado por “un grupo de militantes que pretendió ser la vanguardia de una clase trabajadora y no lo logró”. “El PC tiene unos orígenes muy bellos. Eran personas románticas y soñadoras, el fundador era un príncipe hindú vegetariano, el Secretario General pertenecía a la embajada de Estados Unidos y todos organizaron la primera huelga de prostitutas en México”, evoca.

En Arcángeles, el escritor relata 12 historias de “revolucionarios herejes” del siglo XX, personajes clave en la política y en la sociedad del siglo pasado. Desde el austríaco Friedrich Adler y el pintor Diego Rivera, hasta Larissa Reisner o Durruti, “todos fueron ateos sediciosos sin cuya participación el mundo sería un lugar mucho más hostil”, asegura.

Tony Guiteras es la biografía del revolucionario cubano de 1930, un personaje casi desconocido que fue asesinado en 1937. Su libro biográfico Ernesto Guevara, también conocido como el Che, sirvió de base para la realización de la película de Steven Soderbergh sobre el guerrillero, y fue protagonizada por el puertorriqueño Benicio del Toro.

También recientemente, el autor participó de un documental sobre Pancho Villa que transmitió History Channel. Todo eso a sus 60 años recién cumplidos.

MM: ¿Cómo le han caído sus primeros 60 años?

PITII: Me desconcertaron. Creía que era algo importante, luego lo único que pasó es que me mandaban felicitaciones y me bloquearon mi correo electrónico. La verdad, en lo profundo de mi corazón, tendré 60, pero me siento como de 40 y espero llegar a los 90.

MM: Y escribe con la energía de quien tuviera 20.

PITII: Básicamente eso sucede porque le dedico mucho tiempo a la escritura, que es lo que más me gusta hacer en la vida. Hace muchos años alguien me preguntó por qué producía yo tanto. Y respondí: porque soy abstemio. Pertenezco a una generación repleta de escritores que vivían borrachos; porque soy monógamo, además lo soy con gusto, por lo tanto no he dedicado tiempo a ligarme las esposas de mis compañeros y porque el placer de escribir me inunda.

MM: ¿Cuándo fue consciente de ese placer de escribir?

PITII: Es que nunca viví la escritura como sufrimiento. Excepto cuando fui “escribidor”, esos momentos de la vida en que tienes que hacer cosas horribles por encargo para poder sobrevivir. Entonces escribía sobre los bosques de Chihuahua para una empresa que yo sabía que estaba formada por ladrones, escribía guiones para el Conacyt, escribía programas de televisión en la época en que todavía no apreciaba la música ranchera. Hubo momentos en que se me salían las lágrimas por estar obligado a escribir cosas que no quería, pero en cuanto pude escribir lo mío, jamás tuve una sensación de sufrimiento, de padecimiento. Toda esa cosa de la hoja en blanco, de la literatura como autocastigo, me parece ajena. De vez en cuando me dan ganas de decirle a quien tiene esa retórica: “Pues dedícate a la carpintería, mano”.

MM: ¿Qué otras cosas hace?

PITII: Soy chingonsísimo jugando videojuegos. Los más complicados, los de estrategia, son los que más me gustan. Debo de estar entre los primeros puestos del ranking mundial de jugadores de videojuegos.

MM: Frente a sus propios libros, usted parece muy seguro de sí mismo. ¿Esto es cierto?

PITII: Sí. Entre otras cosas porque siempre escribo sobre lo que quiero escribir, nunca acepto un contrato por encargo con alguna editorial. No escribo ni por obligación ni por contrato. Tengo diez proyectos abiertos en forma simultánea, de historia, de historia narrativa, de ficción, de aventuras, de ensayo, de trabajo periodístico…y todos los días me levanto preguntándome acerca de qué me apetece escribir para empezar el día y voy de uno a otro sin urgencias, no tengo fechas de entrega. No hipoteco mi tiempo, ¿qué sentido tiene haber llegado libre a los 60 años para luego condicionar mi libertad por razones económicas?

MM: Muchos autores piden adelantos porque a menudo las regalías son fantasmales…

PITII: Fíjate que descubrí que los adelantos editoriales son una trampa muy grande. La diferencia entre éxito y fracaso, desde el punto de vista editorial, estriba en las expectativas que hayan puesto sobre el libro. Si les pides un peso por derecho de autor a la hora de firmar un contrato, si vendes 4 mil, el editor y tú van a estar muy felices, pero si pides 100 mil dólares por ese mismo libro y no vendes 70 mil ejemplares va a ser un fracaso. Un libro puede ser un fracaso, desde el punto de vista de los adelantos, aun cuando venda 65 mil ejemplares. Es muy peligroso para un escritor crear expectativas económicas desmesuradas. Mis libros se venden bien a lo largo de mucho tiempo, y a veces no tengo respuesta inmediata.

MM: Su esposa, Paloma Sainz, y usted tienen una visión del público lector mexicano muy distinta a las estadísticas.

PITII: Sí, porque tenemos una percepción distinta de la realidad en la medida de que la vivimos desde abajo hacia arriba y no desde arriba hacia abajo. Cuando la industria editorial dice que se leyeron menos libros en México, lo que está diciendo es que ellos vendieron menos novedades. Eso es venta, no es lectura. En ese mismo año, los proyectos de Paloma de promoción a la lectura pusieron en circulación sólo en el Valle de México unos 7 millones de ejemplares, y eso no entra en los cálculos. Tampoco entran en los cálculos los millones de libros usados que vendieron las librerías de viejo. Los adolescentes prestaron, rolaron, millones de libros en sistemas de canjes y de préstamos y eso tampoco entra en las estadísticas. Creo que en el Valle de México se está leyendo como nunca.

MM: Usted nunca tiene miedo de hablar de las cosas…

PITII: Bueno, es conocido y público que no tengo pelos en la lengua porque me la afeito.

MM: ¿En este momento, para qué temas no hay que tener pelos en la lengua?

PITII: Para hablar de las cosas que molestan, para analizar y crucificar la gestión del Conaculta y su insigne jefe a lo largo de estos últimos años, que me parece un desastre; para destacar el delirio de la campaña antinarco que ha emprendido el Presidente de México sin ninguna preparación, dándole palos a un avispero y en la que los mexicanos ponemos los muertos y los gringos la sonrisa; supongo que de este tipo de cosas que tienen que ver con la gestión pública mal hecha es de las que hay que hablar.

MM: En otras entrevistas usted ha defendido la idea de que México no se ha deteriorado a pesar de todo lo que sucede y de todo lo mal que se habla del país en otras partes del mundo…

PITII: Lo que pasa es que puedes medir el deterioro de una sociedad desde muchos puntos de vista. Cuando uno tiene la percepción desde abajo, entonces conoces a cientos de miles de ciudadanos críticos, que no los había antes, y que han seguido creando a lo largo de luchas durante los últimos 30 años, y eso te pone de buen humor. Si hablas de la economía que otros gestionan por nosotros, claro que es para ponerse a temblar. De repente puedes poner sobre la mesa cosas aterradoras, el tema de las pensiones, por ejemplo: los banqueros invierten mal y tú, pensionista, pierdes dinero, pero cuando los banqueros ganan, no ganas tú, ganan ellos. O la defensa realmente abominable que hace el presidente del Fobaproa. Cuando estas cosas saltan y se te ponen enfrente… te calientas.

MM: ¿Qué le preocupa más en este momento?

PITII: La educación, que es un desastre, los maestros sometidos a castigo frente al liderazgo de Elba Esther Gordillo, una situación en la que se mezcla lo económico con lo político y lo social; cualquier tipo de reforma educativa tiene que generarse desde abajo, hablando directamente con los maestros, observando la realidad en todas las escuelas pequeñas y grandes del país, y estos tipos no se enteran o no quieren enterarse. Desde este aspecto, claro que hay un profundo deterioro en la situación nacional, con una crisis social profunda, una falta de legitimidad política y una crisis económica que avanza peligrosamente. Que se pongan a temblar, ellos que creen en la numerología, para el 2010.

MM: Pareciera ser que cierta clase política mexicana ha caído en un cinismo espeluznante.

PITII: Lo que es impensable en otros países, es posible en México. ¿Por qué no renuncia un gobernador cercado por acusaciones de pederastia y favoritismo? ¿Por qué no renuncia un gobernador que tiene un asesinato sobre sus espaldas? ¿Por qué no renuncia el responsable de la economía en medio de una crisis sobre la que ha dicho 36 cosas y se ha equivocado todos los días? En este país no renuncia nadie, hay que echarlos a patadas.

MM: ¿Y cómo ve a la clase intelectual mexicana frente a estos hechos?

PITII: Los escritores mexicanos, que son de quienes estoy más cerca, son muy respetables. Son muy pocos los que han vendido las nalgas y las conciencias y se las devolvieron luego en mal estado. La enorme mayoría mantiene una voz crítica y me siento orgulloso de pertenecer a una comunidad en donde puedo citar a un centenar de nombres de escritores decentes.

MM: ¿Cómo vivió el magno homenaje a Carlos Fuentes?

PITII: De una manera muy divertida, supongo que Fuentes estaría completamente saturado, en este país o te desprecian o te homenajean al grado del vómito, mano. No tiene la culpa Fuentes de tantos homenajeadores que nunca lo habían leído.

MM: ¿Cuántas veces rechazó usted un puesto de gobierno?

PITII: Unas cuatro veces, pero la más importante: no lo rechacé, me rechazaron. Yo quería ser secretario de Cultura de la Ciudad de México durante el gobierno de Cuauhtémoc Cárdenas y estaba convencido de que había llegado el momento de poner la cara y de cambiar sustancialmente ese cargo. Por lo pronto, ya tenía pensado cuál iba a ser mi primera medida de gobierno, que consistía en mandar a sacar las puertas de los despachos, para que siempre estuvieran abiertos y se pudiera hasta andar en patineta por las oficinas. Habíamos trabajado mucho para preparar un programa de cultura muy ambicioso para la ciudad, pero finalmente una serie de conflictos y contradicciones lo impidió.

Mónica Maristain/ Fotos: Sandra Perdomo



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martes, enero 27, 2009

PT: la prueba de las urnas

Luis Hernández Navarro

La Jornada

Hace 20 años que se fundó el Partido del Trabajo (PT). Aunque en 1991 fracasó en su primer intento de conservar su registro legal, desde 1994 ha logrado sobrevivir solo o en alianza con otras fuerzas políticas. No es poca cosa. En el camino, otros institutos políticos han reprobado en la prueba de las urnas.

En esas dos décadas su desempeño electoral ha sido bastante pobre. Salvo el municipio de Metepec, en el estado de México, no administra alcaldías de importancia. Nunca ha conquistado una gubernatura y los diputados por mayoría que ha ganado son bastante escasos. Con recursos económicos cuantiosos, representación parlamentaria y acceso a los medios de comunicación, podría haber obtenido mejores resultados.

La votación más alta que ha alcanzado a lo largo de su historia fue en 1994, cuando postuló como su candidata a la Presidencia de la República a Cecilia Soto. Consiguió entonces 2.8 por ciento de los sufragios.

El porcentaje de votos más elevado que se le ha reconocido fue en 2006. Aliado al Partido de la Revolución Democrática (PRD) y a Convergencia, logró 6.5 por ciento. Sin embargo, resulta imposible saber si efectivamente todas esas personas sufragaron por esa opción, puesto que los ciudadanos cruzaron el símbolo de una coalición electoral y no de los partidos que la integraron.

En los comicios de 2006 el PT obtuvo 15 diputados, dos de ellos por mayoría. Casi desde el principio de la legislatura, los guerrerenses Marcos Matías y Félix Castellanos abandonaron sus filas. Más adelante la dirección nacional le prestó al Partido Socialdemócrata dos legisladores para que se integraran a su fracción. Dos más se acaban de ir con el sol azteca. En la Cámara de Senadores, Andrés Manuel López Obrador les ayudó a formar una bancada propia, sumando a su fracción a doña Rosario Ibarra de Piedra y a Ricardo Monreal.

Pero, más allá de la mucha o poca adhesión que, después de cuatro lustros de vida, suscita su propuesta en el terreno electoral, la principal limitación de este partido radica en el abandono práctico –no formal– de su programa de lucha y de sus ideas-fuerzas fundadoras.

El PT se propuso en su nacimiento servir de instrumento político a los movimientos de masas autónomos que no contaban con representación política institucional, al tiempo que promovía la formación del poder popular. No lo ha hecho.

Las poderosas organizaciones sociales que los fundadores del partido habían ayudado a formar desde 1968, y que durante muchos años fueron ejemplos de autogestión y de formación de un poder popular alternativo, se han transformando en movimientos anémicos, pulverizados, dedicados a la gestión, en pelea por cuotas de poder, enganchados al partido y a la dinámica electoral.

El PT se ha convertido en un aparato electoral en manos de un grupo de políticos profesionales provenientes de movimientos sociales. Irónicamente se ha transformado en aquello que sus fundadores siempre criticaron: en una aparato de mediación entre las masas populares y el poder, sin control ciudadano. Es un instrumento clientelar para gestionar demandas sociales, que no estimula la formación de nuevas organizaciones de base ni promueve a las ya existentes, ni politiza a sus integrantes.

El rojinegro funciona como una franquicia que alquila su registro a grupos de activistas locales al margen de consideraciones programáticas. Ofrece candidaturas a cambio de votos, importando muy poco los principios y la congruencia de muchos de los candidatos que postula.

Su funcionamiento como partido es muy deficiente. Su implantación en poco más de la mitad del país es simbólica. En 18 estados su votación no rebasa uno por ciento. En 16 entidades no existen organismos de dirección estatal y la conducción recae sobre delegados nacionales pagados, designados desde el centro al margen de la militancia local. En la mitad de los otros 16 estados donde hay una dirección local, ésta no funciona regularmente.

El instituto político tiene un funcionamiento patrimonial. Alberto Anaya mantiene un control férreo sobre el aparato, las finanzas y las relaciones políticas. Muchas de las posiciones claves, comenzando por el manejo del dinero, están controladas por sus militantes, muchos de ellos provenientes de Monterrey. De allí viene Ricardo Cantú, líder de su bancada entre los diputados. Buen número de delegados nacionales que representan al partido en los estados son parte de esta fracción.

Esa forma de operar se repite en todo el país. Los ejemplos abundan. En Quintana Roo, el delegado nacional es Hernán Villatoro, un maestro que es dirigente campesino, proveniente de la OPEZ de Chiapas, que tuvo que salir de ese estado por conflictos políticos con sus antiguos compañeros. Él es ahora diputado local. Le antecedió su esposa.

Rubén Aguilar, el dirigente de Chihuahua, es diputado federal. Las diputaciones locales obtenidas por el partido en esa entidad se las han repartido alternadamente sus hijos.

El PT recibe por concepto de prerrogativas a nivel nacional 20 millones de pesos mensuales. Cuenta, además, con recursos provenientes de otros estados. En la ciudad de México obtiene un millón 100 mil pesos al mes. Con excepción de Durango, Zacatecas y estado de México, la dirección nacional administra las prerrogativas locales.

Éste es parte del contexto en el que se dio la reciente ruptura en el PT. Al menos dos intentos por evitarla fueron auspiciados por Andrés Manuel López Obrador. Uno se realizó en octubre del año pasado y otro hace apenas unas semanas. En el último participó como mediador Ricardo Monreal. Ambos fracasaron. El grupo de Anaya no ofreció nada significativo a los disidentes.

Muchos de los rasgos descritos sobre este instituto político son comunes a todos los partidos políticos. El PT ha abandonado su proyecto ideológico y sus principios, pero no es el único en haberlo hecho. Ésa es la ruta seguida prácticamente por todos los partidos con registro. El marco legal en el que deben actuar los obliga a comportarse así. Para pasar la prueba de las urnas deben vender su alma al diablo.


::Democracia Ya, Patria Para Todos. Apoyando al Lic. Andrés Manuel López Obrador en 2008::

martes, noviembre 25, 2008

Triunfa el Partido Socialista Unido de Venezuela en los comicios regionales.

Triunfa el Partido Socialista Unido de Venezuela en los comicios regionales.


Chavez23
Cargado por noticias24


Dentro del cerco informativo que vivimos en México. Y de la campaña de difamación y desprestigio en contra del presidente de la Republica Bolivariana de Venezuela, Hugo Chávez Frías y de su gobierno de Izquierda Progresista.

Mostramos este video de viva voz del comandante, en respuesta a la noticia difundida por televisa en donde cantan un Fraude a la oposición en Gran parte del país.

No es de esperarse menos de las Televisoras mexicanas que están al servicio de las oligarquías Internacionales y nacionales, informando de manera parcial, para tratar de manipular la opinión pública en contra de un gobierno que vela por los intereses de los más pobres de Venezuela.

En un gesto democrático y demostrando su estatura como estadista, el presidente Hugo Chávez, reconoce el triunfo de la oposición, pero justamente en donde realmente triunfo, desmintiendo las versiones internacionales, que lo nombran Dictador.

Pero no se preocupen piti yanquis, en cuanto la oposición de ultra derecha de Venezuela se pronuncie por un fraude electoral; Nos bombardearan de día y de noche y le darán gran cobertura a “la historia de ese supuesto fraude”, contra la oligarquía de Venezuela.

Solo cuando los privilegios y las granjerías de los grandes multimillonarios del mundo son afectados, es cuando las televisoras y los medios chayoteros de comunicación, gritan a los cuatro vientos “FRAUDE” y se desgarran las vestiduras clamando por justicia electoral.

El reconocimiento del triunfo de la oposición, en los lugares, donde por la vía democrática gano la derecha, es la una muestra clara de que en la Republica Bolivariana de Venezuela, no existe una Dictadura Militar.

:: Democracia Ya, Patria Para el Humillado, Por el bien de todos, Primero los pobres. Apoyando al Presidente Legitimo de México LIC. ANDRES MANUEL LOPEZ OBRADOR ::

Contribuye con el Gobierno Legitimo de México. A la Cuenta 05-44-55-50-80 del Banco BANORTE a nombre de Honestidad Valiente A.C.

PUBLICADO POR TONÁTIUH

domingo, agosto 26, 2007

El problema del PRD

Les recomiendo este artículo, va un análisis del PRD y sus líderes....

Arnaldo Córdova

Cuando un partido político carece de un liderazgo fuerte, suele ocurrirle lo que ha pasado con el PRD desde hace ya buen tiempo, por lo menos desde que Cuauhtémoc Cárdenas dejó de ejercer ese liderazgo, pienso que cuando fue electo jefe de Gobierno del DF: se vuelve presa de disensiones internas, de grupillos de intereses, de “tribus”, del oportunismo político, de la corrupción e incluso de las traiciones.

Cuando Cárdenas gobernó el PRD no se movía una hoja si él no lo decidía. Todos los grupos y grupúsculos que conformaron el partido desde su fundación estaban atentos a escudriñar la voluntad del líder (que nunca he entendido por qué se le llamó moral) y a los que criticábamos sus métodos caudillistas de dirección se nos mandaba al limbo (que sí existe) o se nos excluía de toda vida partidaria, aunque a mí nunca me pudieron sacar del Consejo Nacional hasta que decidí dejar de participar en él.

El desmadre permanente en que vive el PRD es herencia directa de aquel liderazgo, no sólo por su prepotencia y su tendencia a excluir a quienes no eran abyectos servidores suyos, sino porque fue el verdadero promotor de las llamadas “corrientes” o “tribus”, primitivo sistema de dominación que le permitía tener a todos de su lado, mientras los dejaba que se hicieran trizas en la lucha por los puestos y las candidaturas. Fue una malísima escuela que marcó de modo definitivo la manera de hacer política dentro del partido. Justo cuando Cárdenas abandonó la escena partidista comenzó la revuelta de las corrientes. Nueva Izquierda nació en abierta rebelión contra el liderazgo de Cárdenas, y muchos de los antiguos colaboradores de éste se volvieron sus enemigos. Ni siquiera vale la pena recordarlos.

Sólo quienes no entienden el pavoroso mazacote que es el PRD pudieron haber dado alguna importancia al reciente congreso de ese partido. No pasó nada. Fue sólo un pequeño guiñol (con los hilos en manos de los jefes de las corrientes). Un pequeño arreglo de cuentas entre grupos que no tienen con qué decidir el futuro del PRD. Creo que ese congresito sólo sirvió para que los caudillitos tribales se dieran cuenta de que tienen que preservar su partido, porque de otra manera acabarían perdiéndolo todo y porque se percataron finalmente que ninguno de ellos, ni haciendo montón, podrían dar al partido el liderazgo del que está urgido. Eso, por supuesto, no quiere decir unidad; en el PRD no puede haber unidad mientras las cosas sigan como están.

El liderazgo existe, desde luego, pero no está dentro del partido, sino al margen. López Obrador hizo bien en no mezclarse en las broncas internas del partido. No le habría hecho ningún bien, porque ahora las corrientes, o por lo menos algunas de ellas, tienen muchos recursos para dar zarpazos a quien ponga en peligro sus pequeños intereses, incluido el líder al que hoy el propio partido debe su actual fortuna y que no tenía por qué perder el tiempo con ellas. Su campaña presidencial nunca hizo menos al PRD, pero se hizo con mucha más gente que aportó lo que el PRD de Cárdenas nunca pudo dar, aparte de su tradicional voto duro. Yo llegué a temer que el Peje se distanciara demasiado de su partido, pero no lo hizo. El partido fue siempre el actor principal de la campaña, aunque no el único, y muchas veces ni siquiera el decisivo.

No sé qué alegan los llamados chuchos con su famosa “autocrítica”, al decir que se cometieron errores en la organización partidista de las elecciones. Ellos ya eran los dueños del partido y a ellos corresponde la mayor responsabilidad por la mala organización, el descuido de las casillas y la falta de conjunción para conducir la participación del electorado lopezobradorista. Además, como se les ha hecho notar, los errores casi fueron irrelevantes ante la magnitud del fraude del que se hizo víctima a nuestro candidato. Como Julio Hernández López se esfuerza por recordar siempre a sus lectores, 0.56 por ciento fue la diferencia en el triunfo de Felipe Calderón. Andar chillando que perdimos por los “errores” es una felonía.

Francamente, a mí me importa un bledo quién sea el futuro presidente del PRD, si Jesús Ortega o Alejandro Encinas. Yo votaré por el último (a menos que descubra que, por mi alejamiento, ya no soy miembro del PRD o que no salí en las listas), pero ninguno de ellos puede ofrecer al partido el liderazgo que requiere. Ninguno tiene los tamaños necesarios. El verdadero líder es López Obrador, y de él depende la unidad del partido. De él dependió el sentido de unidad, un tanto madreada, con que terminó el congreso. A mí no me preocupan los chuchos ni los bejaranos. Me preocupa López Obrador. A cualquier perredista sincero que haya seguido el congreso debió haberle salido roña de sólo ver las peleas de perros con que se desarrolló, y los resultados indignos de un congreso de un verdadero partido.

El futuro del PRD depende de sus bases, no de sus líderes tribales, que casi todos son corruptos y logreros. De ahí la importancia del liderazgo de López Obrador, un liderazgo fuerte y confiable. Todavía no entiendo qué significan las famosas afiliaciones que anda haciendo López Obrador por todo el país, y le rogaría a mi amigo José Agustín Ortiz Pinchetti que en su próxima entrega nos lo explicara a todos sus lectores. Muchas personas piensan que se anda organizando una estructura paralela a la del PRD (es lo que los jefes tribales más temen y creo que con justa razón) o, en el peor de los casos, otro partido. A veces pienso que se afilia sólo a ciudadanos que no pertenecen al PRD (a mí nunca me han invitado a afiliarme). En todo caso, si de eso se trata, me parece que se está cometiendo un verdadero despropósito.

Si de afiliar se trata, creo que esas afiliaciones se deben conducir hacia el PRD con un nuevo sentido de la necesaria reforma del partido para convertirlo en un instituto libre del cáncer de las mafias tribales y de verdad político. A mí, en lo personal, me encanta que López Obrador recorra el país hablándole a miles ciudadanos y poniendo en la agenda lo que su partido no hace, los grandes problemas nacionales, aunque me gustaría que lo hiciera de otra manera, cosa sobre la que nunca han pedido mi opinión. De todas formas, me parece que el partido, todavía cardenista sólo que sin Cárdenas, deberá hacer este esfuerzo supremo para convertirse de verdad en el gran partido de izquierda que el país necesita. Por eso me preocupa López Obrador y no por otra cosa.

::Democracia Ya, Patria Para Todos. Apoyando al Peje en 2007::

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