Ahora resulta que todas y todos tenemos que ser cristeros nada mas porque ello se consideran asi. Y muy bien por el gobierno del DF, utilizar esos simbolos ademas seria de "muy mal gusto".
Laura Gómez
La Secretaría de Turismo del Distrito Federal solicitará a los organizadores de Miss Universo 2007 que no porten ningún atuendo con temas religiosos o políticos, como se establece en el contrato firmado para su celebración en esta ciudad y Cancún, en relación con el traje típico que llevará la representante mexicana en el concurso que hace alusión al conflicto armado conocido como la guerra cristera.
"Confiamos en que habrá una respuesta positiva y no habrá necesidad de ningún tipo de sanción o amonestación", dijo la titular Alejandra Barrales Magdaleno, al señalar que el compromiso contraído con anterioridad es que el certamen estaría, absolutamente, alejado de cualquier tipo de participación de esa índole en las entidades a desarrollarse.
México no será la excepción, argumentó en entrevista respecto del traje típico que portará Nuestra Belleza, Rosa María Ojeda, en el concurso internacional, en el cual aparecen, pintadas a mano, figuras de campesinos colgados de postes telegráficos, mujeres en misas clandestinas y escapularios, a sí como la imagen de la Virgen de Guadalupe, como se da cuenta en la nota publicada en La Jornada el pasado primero de abril.
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viernes, abril 13, 2007
martes, abril 10, 2007
Memo para Norberto
José Blanco
Si no fuera evidente que el tema es un asunto de poder, podría decirse que los ministros del culto son de lento aprendizaje. Han pasado los siglos, y los jerarcas que mantienen los cerebros de millones de personas enjaulados en dogmas absurdos pareciera que siguen sin entender lo que es un Estado de Derecho. Va por eso, un memorándum, esquemático, para don Norberto.
Docenas de hombres como usted (es un decir) han puesto en un campo de racionalidad humana las mejores explicaciones sobre la existencia de los hombres y han aportado las mejores ideas para su gobierno. Respecto de los precursores de la gobernación civilizada están, entre otros, Jean Bodin, Thomas Hobbes y, nada más, Maquiavelo. Después vinieron, entre muchos otros, Montesquieu, John Locke, Rousseau, Constant, James Madison y Alexander Hamilton, como puede leerse en cualquier enciclopedia humanista que haya reunido los principios que permiten a los individuos de la raza humana convivir en esta Babel que la Iglesia hubiera querido que nunca saliera del túnel del Medioevo. Pero he aquí que llegó el Renacimiento y le echaron a perder la fiesta a los excéntricos señores de la sotana y del sótano cultural de la sociedad.
Más cerca de nuestros días aparecieron pensadores como Hans Kelsen y Carl Schmitt, o su muy brillante tocayo Norberto Bobbio o Michelangelo Bovero, explicando pacientemente los cambios constantes de la democracia liberal y del Estado de Derecho. Inútil, este nuestro Norberto dice -con una cabeza que parece hablar en 1184 y desde Languedoc (sur de Francia), donde fuera fundada en esa fecha la Inquisición Medieval para combatir la herejía de los albigenses- que quienes apoyen la ampliación de los derechos humanos de las mujeres, mediante nuevas causales de la despenalización del aborto, son ¡criminales!
¿Sabe usted, querido lector, en qué consistía la "herejía" de los habitantes de Albi, pequeña ciudad del departamento francés de Tarn?: negaban la existencia del purgatorio y la eficacia de los sacramentos, condenaban el culto externo, la jerarquía eclesiástica y la posesión de bienes por el clero. Está claro, había que desollarlos vivos, porque en el siglo XII eran tremendamente modernos.
Mire don Norberto, en un Estado de Derecho -con muchas insuficiencias aún-, como en el que usted vive, son criminales quienes han cometido el delito de matar o herir gravemente a alguien, según esté tipificado en el Código Penal: nos rige la verdad jurídica, no la del más allá. De modo que, una vez aprobada la ampliación de la despenalización del aborto, no se habrá tipificado un delito más, sino, muy lejos de ello, se habrán ampliado los derechos humanos. Si no hay un acto tipificado en el código correspondiente como delito, no hay ningún crimen: ésta es la verdad jurídica, la única a la que todos, incluido usted, deben atenerse, si es que es usted miembro de este Estado. Y esa ampliación de derechos la habrá elaborado el órgano que por ley le corresponde formular las leyes que nos rigen a usted y a mí, y a todos a quienes abarque la jurisdicción de esa ley. De modo que su calificativo altanero es apenas una diatriba, que nada tiene que ver con las reglas jurídicas a las que usted tiene que atenerse, a fin de que no se cometan más crímenes con las mujeres que abortan en condiciones de horror, del mismo modo como a usted y a todos los ciudadanos nos atañe, como humanos civilizados, que no se perpetre nunca más el diabólico delito de la pederastia.
¿Sabe usted?, en un Estado de Derecho, las autoridades del gobierno y los individuos se rigen, precisamente, por el Derecho: anótelo. Se trata de la supremacía y el carácter normativo de la Constitución y del imperio de la ley. Fuera de este marco, lo que tenemos es la selva regida por Inquisiciones, como ocurrió por siglos, y eso sí que su Iglesia lo sabe al dedillo. Sé, por supuesto, de las imperfecciones de nuestro Estado de Derecho, pero la lucha de la sociedad consiste en fortalecerlo y perfeccionarlo, sin descanso.
En un Estado como el referido, el Derecho otorga las libertades y los derechos fundamentales, y es aplicado por instituciones accesibles a los ciudadanos que deben generar certidumbre: qué duda cabe que en adelante, en cuanto las nuevas normas estén vigentes, las mujeres que aborten en ejercicio de sus derechos tendrán la certidumbre de ello: de ejercer un derecho, no de cometer un delito. Es necesario, para ello, que funcione de veras el principio de legalidad, las garantías esenciales del procedimiento, la independencia judicial y el acceso efectivo a la justicia.
Nos falta un buen tramo para que tengamos un Estado de Derecho digno de ese nombre, pero jure usted por todos sus santos, que no lo tendremos introduciendo como normas de la legalidad, los dogmas de su Iglesia. Justamente la proeza de los hombres de la Reforma, el siglo antepasado, fue establecer una sana distancia entre el César y su Dios.
Si no fuera evidente que el tema es un asunto de poder, podría decirse que los ministros del culto son de lento aprendizaje. Han pasado los siglos, y los jerarcas que mantienen los cerebros de millones de personas enjaulados en dogmas absurdos pareciera que siguen sin entender lo que es un Estado de Derecho. Va por eso, un memorándum, esquemático, para don Norberto.
Docenas de hombres como usted (es un decir) han puesto en un campo de racionalidad humana las mejores explicaciones sobre la existencia de los hombres y han aportado las mejores ideas para su gobierno. Respecto de los precursores de la gobernación civilizada están, entre otros, Jean Bodin, Thomas Hobbes y, nada más, Maquiavelo. Después vinieron, entre muchos otros, Montesquieu, John Locke, Rousseau, Constant, James Madison y Alexander Hamilton, como puede leerse en cualquier enciclopedia humanista que haya reunido los principios que permiten a los individuos de la raza humana convivir en esta Babel que la Iglesia hubiera querido que nunca saliera del túnel del Medioevo. Pero he aquí que llegó el Renacimiento y le echaron a perder la fiesta a los excéntricos señores de la sotana y del sótano cultural de la sociedad.
Más cerca de nuestros días aparecieron pensadores como Hans Kelsen y Carl Schmitt, o su muy brillante tocayo Norberto Bobbio o Michelangelo Bovero, explicando pacientemente los cambios constantes de la democracia liberal y del Estado de Derecho. Inútil, este nuestro Norberto dice -con una cabeza que parece hablar en 1184 y desde Languedoc (sur de Francia), donde fuera fundada en esa fecha la Inquisición Medieval para combatir la herejía de los albigenses- que quienes apoyen la ampliación de los derechos humanos de las mujeres, mediante nuevas causales de la despenalización del aborto, son ¡criminales!
¿Sabe usted, querido lector, en qué consistía la "herejía" de los habitantes de Albi, pequeña ciudad del departamento francés de Tarn?: negaban la existencia del purgatorio y la eficacia de los sacramentos, condenaban el culto externo, la jerarquía eclesiástica y la posesión de bienes por el clero. Está claro, había que desollarlos vivos, porque en el siglo XII eran tremendamente modernos.
Mire don Norberto, en un Estado de Derecho -con muchas insuficiencias aún-, como en el que usted vive, son criminales quienes han cometido el delito de matar o herir gravemente a alguien, según esté tipificado en el Código Penal: nos rige la verdad jurídica, no la del más allá. De modo que, una vez aprobada la ampliación de la despenalización del aborto, no se habrá tipificado un delito más, sino, muy lejos de ello, se habrán ampliado los derechos humanos. Si no hay un acto tipificado en el código correspondiente como delito, no hay ningún crimen: ésta es la verdad jurídica, la única a la que todos, incluido usted, deben atenerse, si es que es usted miembro de este Estado. Y esa ampliación de derechos la habrá elaborado el órgano que por ley le corresponde formular las leyes que nos rigen a usted y a mí, y a todos a quienes abarque la jurisdicción de esa ley. De modo que su calificativo altanero es apenas una diatriba, que nada tiene que ver con las reglas jurídicas a las que usted tiene que atenerse, a fin de que no se cometan más crímenes con las mujeres que abortan en condiciones de horror, del mismo modo como a usted y a todos los ciudadanos nos atañe, como humanos civilizados, que no se perpetre nunca más el diabólico delito de la pederastia.
¿Sabe usted?, en un Estado de Derecho, las autoridades del gobierno y los individuos se rigen, precisamente, por el Derecho: anótelo. Se trata de la supremacía y el carácter normativo de la Constitución y del imperio de la ley. Fuera de este marco, lo que tenemos es la selva regida por Inquisiciones, como ocurrió por siglos, y eso sí que su Iglesia lo sabe al dedillo. Sé, por supuesto, de las imperfecciones de nuestro Estado de Derecho, pero la lucha de la sociedad consiste en fortalecerlo y perfeccionarlo, sin descanso.
En un Estado como el referido, el Derecho otorga las libertades y los derechos fundamentales, y es aplicado por instituciones accesibles a los ciudadanos que deben generar certidumbre: qué duda cabe que en adelante, en cuanto las nuevas normas estén vigentes, las mujeres que aborten en ejercicio de sus derechos tendrán la certidumbre de ello: de ejercer un derecho, no de cometer un delito. Es necesario, para ello, que funcione de veras el principio de legalidad, las garantías esenciales del procedimiento, la independencia judicial y el acceso efectivo a la justicia.
Nos falta un buen tramo para que tengamos un Estado de Derecho digno de ese nombre, pero jure usted por todos sus santos, que no lo tendremos introduciendo como normas de la legalidad, los dogmas de su Iglesia. Justamente la proeza de los hombres de la Reforma, el siglo antepasado, fue establecer una sana distancia entre el César y su Dios.
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viernes, febrero 23, 2007
¡De la A a la Zeta… NO a la policía secreta!
Ma. Candelaria Ochoa Avalos
Para Rosario Ibarra en sus ochenta años de vida y muchos más luchando por las y los desaparecidos políticos.
El pasado miércoles 31 de enero, después de la marcha contra la carestía, un grupo de personas que participamos en las redes ciudadanas, acudimos al Congreso de Estado porque estaba por aprobarse el último día y a última hora, la ley que daría legitimidad a la política secreta.
La propuesta del gobernador interino, es directa del hoy Secretario de Gobernación, acusado por distintas instancias nacionales e internacionales de violación a los derechos humanos y quien pretende de Jalisco hacer el laboratorio para la impunidad y la ilegalidad. Esta iniciativa no fue difundida de manera amplia, por lo que no se generó un debate público sobre la pertinencia o no de esta policía, la conveniencia de la misma y la forma en cómo operaría y a quién daría cuentas.
Y es que el diputado Alonso Ulloa cuando fue abordado al exterior del Congreso, nos dijo que él iba a votar a favor de la iniciativa igual que les había dicho a los empresarios -con quienes sí lo discutieron-. Al parecer su compromiso no es con la ciudadanía, a quien se deben y representan. Ulloa reconoció que no se conocía la iniciativa y que según él era una buena ley en contra del narcomenudeo y delincuencia organizada. Pero nos preguntamos si es tan importante esta ley, entonces ¿por qué no se realizó una consulta pública al respecto?
Si nos preguntan que si estamos en contra del narcomenudeo y el crimen organizado, contestaremos que sí; pero si nos preguntan que esta ley tendrá policías infiltrados los cuales podrán detener arbitrariamente a cualquier ciudadana y ciudadano de manera irregular, entonces estoy segura que diremos que estamos en contra de la misma.
Se supone que el interés de esta ley estriba en el combate al narcomenudeo y al crimen organizado. Pero esta ley no tiene los alcances para ello, porque si un grupo ha sido infiltrado por el narcotráfico y la delincuencia organizada es precisamente el cuerpo policiaco. Se sabe que contra el narcomenudeo la solución es simple: impulsar reformas que permitan la revisión minuciosa y congelamiento de cuentas bancarias. Pero eso a los banqueros no les conviene, porque ese dinero los hace más ricos, sin importarles de dónde venga y quién se ostente como propietario.
Y contra el crimen organizado, pues se necesita sin duda, limpiar de corrupción los cuerpos policiacos, porque ello ayudará a conocer cómo se trafican las armas, cuántos autos robados se recuperan, en qué narcotienditas y domicilios particulares se vende droga, es decir, se sabe perfectamente de dónde cojea el sistema contra estos dos delitos, pero no se hace nada para combatirlo.
La policía secreta ha sido siempre utilizada contra las y los líderes sociales, no contra el narcotráfico o el crimen organizado, porque esos siguen aquí, permanecen y además se han fortalecido como hemos visto en los últimos días.
Recordemos que la policía secreta en México, a cargo de Nazar Haro, Gutiérrez Barrios y De la Barreda, fueron quienes reprimieron, encarcelaron, violaron y asesinaron a miles de líderes sociales con el pretexto de “ser un peligro para México”. O sea que los panistas no sólo aprendieron bien la plana para reprimir, sino que la van a repetir a pesar de los terribles errores que se cometieron en esa época y de la violación a los derechos humanos.
Tenemos que tener cuidado, porque los policías infiltrados también se infiltrarán en los grupos empresariales y sociales, los partidos políticos, las organizaciones civiles, los propios diputados, secretarios del gobierno y gobiernos municipales, de eso no tengan duda, y por supuesto, cualquier movimiento que sea crítico al sistema. Por eso quieren que Jalisco sea el laboratorio para infiltrar a esos movimientos sociales y ciudadanos.
Parece que los panistas no aprenden de la historia y “caen en la misma piedra”. El presumible partido “humanista” de antaño, que fue perseguido, reprimido e infiltrado se les ha olvidado, ha perdido los valores de los derechos humanos y los ha encerrado en el cajón del olvido, porque ahora están más preocupados por un estado de derecho impuesto sobre la represión y violación de los derechos humanos.
El próximo gobernador ha dicho que está interesado en retomar esa iniciativa de ley, ahora les exigimos a los diputados y al gobernador que realicen una consulta pública con la academia, los grupos empresariales, los medios de comunicación, pero sobre todo, con la ciudadanía a quien le deben su voto y estar ocupando una curul o el puesto de gobernador.
La pregunta es ¿queremos este futuro para la ciudadanía jalisciense?
Fuimos personas de las redes ciudadanas de Jalisco quienes impedimos con el grito: ¡De la A a la Zeta NO a la policía secreta! y con la toma de la tribuna del Congreso que impedimos que a usted, a mí, y a todas las ciudadanas y ciudadanos se nos persiga, infiltre o denuncie por unos policías que incluso puedan estar en nuestra casa, pero de los que no sabremos a qué intereses responden. Imagínese en manos de quién o quiénes quiere poner este gobierno nuestra seguridad.
Desde el proceso electoral y pos electoral de resistencia civil se nos han infiltrado una cantidad importante de policías a los que hemos “descubierto”, van a nuestros actos, nos toman fotos, platican con nosotros y hasta van en carros del gobierno. Y esto no es una novedad. Estos grupos policiacos han existido siempre. Pero ahora pretenden que sean legales, que se metan a su casa, a la mía, se hagan nuestros amigos, para después tomar por asalto nuestra vida.
Quiénes lucharon y luchamos por un México justo y democrático no queremos que se persiga a nadie sin razón, el gobierno sabe perfectamente quiénes son los delincuentes, quiénes infringen la ley, quiénes son corruptos, quiénes son los capos de la droga, a esos es a los que tiene que perseguir de frente.
Refrendamos la carta de los derechos humanos que dice que todas las personas tenemos derecho a la libertad, la integridad y la seguridad, y pugnemos por un sistema de justicia transparente, justo y expedito. Por eso renovamos nuestra demanda “De la A a la Z NO la policía secreta”. ¡Defendamos el Estado de derecho!
Para Rosario Ibarra en sus ochenta años de vida y muchos más luchando por las y los desaparecidos políticos.
El pasado miércoles 31 de enero, después de la marcha contra la carestía, un grupo de personas que participamos en las redes ciudadanas, acudimos al Congreso de Estado porque estaba por aprobarse el último día y a última hora, la ley que daría legitimidad a la política secreta.
La propuesta del gobernador interino, es directa del hoy Secretario de Gobernación, acusado por distintas instancias nacionales e internacionales de violación a los derechos humanos y quien pretende de Jalisco hacer el laboratorio para la impunidad y la ilegalidad. Esta iniciativa no fue difundida de manera amplia, por lo que no se generó un debate público sobre la pertinencia o no de esta policía, la conveniencia de la misma y la forma en cómo operaría y a quién daría cuentas.
Y es que el diputado Alonso Ulloa cuando fue abordado al exterior del Congreso, nos dijo que él iba a votar a favor de la iniciativa igual que les había dicho a los empresarios -con quienes sí lo discutieron-. Al parecer su compromiso no es con la ciudadanía, a quien se deben y representan. Ulloa reconoció que no se conocía la iniciativa y que según él era una buena ley en contra del narcomenudeo y delincuencia organizada. Pero nos preguntamos si es tan importante esta ley, entonces ¿por qué no se realizó una consulta pública al respecto?
Si nos preguntan que si estamos en contra del narcomenudeo y el crimen organizado, contestaremos que sí; pero si nos preguntan que esta ley tendrá policías infiltrados los cuales podrán detener arbitrariamente a cualquier ciudadana y ciudadano de manera irregular, entonces estoy segura que diremos que estamos en contra de la misma.
Se supone que el interés de esta ley estriba en el combate al narcomenudeo y al crimen organizado. Pero esta ley no tiene los alcances para ello, porque si un grupo ha sido infiltrado por el narcotráfico y la delincuencia organizada es precisamente el cuerpo policiaco. Se sabe que contra el narcomenudeo la solución es simple: impulsar reformas que permitan la revisión minuciosa y congelamiento de cuentas bancarias. Pero eso a los banqueros no les conviene, porque ese dinero los hace más ricos, sin importarles de dónde venga y quién se ostente como propietario.
Y contra el crimen organizado, pues se necesita sin duda, limpiar de corrupción los cuerpos policiacos, porque ello ayudará a conocer cómo se trafican las armas, cuántos autos robados se recuperan, en qué narcotienditas y domicilios particulares se vende droga, es decir, se sabe perfectamente de dónde cojea el sistema contra estos dos delitos, pero no se hace nada para combatirlo.
La policía secreta ha sido siempre utilizada contra las y los líderes sociales, no contra el narcotráfico o el crimen organizado, porque esos siguen aquí, permanecen y además se han fortalecido como hemos visto en los últimos días.
Recordemos que la policía secreta en México, a cargo de Nazar Haro, Gutiérrez Barrios y De la Barreda, fueron quienes reprimieron, encarcelaron, violaron y asesinaron a miles de líderes sociales con el pretexto de “ser un peligro para México”. O sea que los panistas no sólo aprendieron bien la plana para reprimir, sino que la van a repetir a pesar de los terribles errores que se cometieron en esa época y de la violación a los derechos humanos.
Tenemos que tener cuidado, porque los policías infiltrados también se infiltrarán en los grupos empresariales y sociales, los partidos políticos, las organizaciones civiles, los propios diputados, secretarios del gobierno y gobiernos municipales, de eso no tengan duda, y por supuesto, cualquier movimiento que sea crítico al sistema. Por eso quieren que Jalisco sea el laboratorio para infiltrar a esos movimientos sociales y ciudadanos.
Parece que los panistas no aprenden de la historia y “caen en la misma piedra”. El presumible partido “humanista” de antaño, que fue perseguido, reprimido e infiltrado se les ha olvidado, ha perdido los valores de los derechos humanos y los ha encerrado en el cajón del olvido, porque ahora están más preocupados por un estado de derecho impuesto sobre la represión y violación de los derechos humanos.
El próximo gobernador ha dicho que está interesado en retomar esa iniciativa de ley, ahora les exigimos a los diputados y al gobernador que realicen una consulta pública con la academia, los grupos empresariales, los medios de comunicación, pero sobre todo, con la ciudadanía a quien le deben su voto y estar ocupando una curul o el puesto de gobernador.
La pregunta es ¿queremos este futuro para la ciudadanía jalisciense?
Fuimos personas de las redes ciudadanas de Jalisco quienes impedimos con el grito: ¡De la A a la Zeta NO a la policía secreta! y con la toma de la tribuna del Congreso que impedimos que a usted, a mí, y a todas las ciudadanas y ciudadanos se nos persiga, infiltre o denuncie por unos policías que incluso puedan estar en nuestra casa, pero de los que no sabremos a qué intereses responden. Imagínese en manos de quién o quiénes quiere poner este gobierno nuestra seguridad.
Desde el proceso electoral y pos electoral de resistencia civil se nos han infiltrado una cantidad importante de policías a los que hemos “descubierto”, van a nuestros actos, nos toman fotos, platican con nosotros y hasta van en carros del gobierno. Y esto no es una novedad. Estos grupos policiacos han existido siempre. Pero ahora pretenden que sean legales, que se metan a su casa, a la mía, se hagan nuestros amigos, para después tomar por asalto nuestra vida.
Quiénes lucharon y luchamos por un México justo y democrático no queremos que se persiga a nadie sin razón, el gobierno sabe perfectamente quiénes son los delincuentes, quiénes infringen la ley, quiénes son corruptos, quiénes son los capos de la droga, a esos es a los que tiene que perseguir de frente.
Refrendamos la carta de los derechos humanos que dice que todas las personas tenemos derecho a la libertad, la integridad y la seguridad, y pugnemos por un sistema de justicia transparente, justo y expedito. Por eso renovamos nuestra demanda “De la A a la Z NO la policía secreta”. ¡Defendamos el Estado de derecho!
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