César Huerta / @zorrotapatio
I
Martes 15 de Noviembre. La expectación de los medios de comunicación se enfoca a un prestigioso hotel del corazón de la ciudad de México. Por primera vez en mucho tiempo, la izquierda electoral arriba en las vísperas de la elección presidencial con dos posibles candidatos, que han pactado respetarse el uno al otro. Meses antes, Andrés Manuel López Obrador y Marcelo Ebrard Casaubon deciden concluir con sus aspiraciones tras los resultados de la realización de dos encuestas, para así llegar con un solo candidato a la elección en 2012 y no caer en una práctica casi cotidiana en sus espacios: la división.
Aquí y allá dicen analistas, periodistas y voceros del poder que la izquierda sí va unida puede vencer a sus oponentes. Es por tal situación que la atención sobre el anuncio del ganador es enorme y por supuesto nunca está demás que suceda el escenario menos esperado y extravagante para los que simpatizan con ambos precandidatos. La unión es utopía para propios y extraños.
Horas antes, el presidente del Partido de la Revolución Democrática Jesús Zambrano aviva el fuego y pronostica un empate. En las redes sociales, la especulación explota.
II
Aquí y allá dicen analistas, periodistas y voceros del poder que la izquierda sí va unida puede vencer a sus oponentes. Es por tal situación que la atención sobre el anuncio del ganador es enorme y por supuesto nunca está demás que suceda el escenario menos esperado y extravagante para los que simpatizan con ambos precandidatos. La unión es utopía para propios y extraños.
Horas antes, el presidente del Partido de la Revolución Democrática Jesús Zambrano aviva el fuego y pronostica un empate. En las redes sociales, la especulación explota.
II
Llega la hora esperada, la hora en que el Sol está más cerca del cénit, el mediodía. La caída electoral en Michoacán queda atrás y una gran mayoría de medios electrónicos se enlazan al acontecimiento. Ambos candidatos arriban. Clic, clic, flash por todos lados, decenas de cámaras y grabadoras emergen, desde el 2006 no se veía tal cantidad. La izquierda electoral sin duda, reaparece públicamente.
AMLO es el vencedor de la encuesta. Ebrard acepta los resultados, dice no se empecina, cumple lo que dice porque se dice congruente. Con la izquierda dividida expresa él, sólo sería ir al precipicio. Su cara lo dice todo, luce molesto, aunque quizá con la derrota, sale ganando. AMLO sonríe y agradece, luce nervioso, aunque a su vez, de repente, también tranquilo.
III
En los últimos tiempos AMLO ha sido el político más calumniado de esta nación. Desde su cargo como jefe de gobierno enfrentó a la clase política dominante que lo quiso desaforar, resistió una campaña mediática de guerra sucia y un fraude electoral. Después, en las más grandes movilizaciones de resistencia, los medios de comunicación, intentaron despedazarlo, ridiculizarlo, acabar con él.
El 2006 se diluyó y para evitar la desilusión post-electoral nació un movimiento que junto con miles en el zócalo tomó la decisión de desconocer a Calderón y crear un gobierno espejo, simbólico, con López Obrador. Desde entonces, AMLO recorrió cada uno de los municipios del país, abajo y con la gente, pueblo por pueblo. Más de 250 mil km de carreteras, de veredas y terracería para llevar un nuevo mensaje de esperanza, y de paso conocer las distintas realidades regionales, el México profundo.
El movimiento, junto con AMLO participó en la defensa del petróleo y la economía popular, alertó de la crisis y prosiguió en la organización. Durante este tiempo, los problemas se agudizaron y con la guerra contra el narcotráfico que lanzó Calderón se convirtieron en tragedia. En Julio del 2010 se decidió entonces que era hora de pensar en lo electoral pues se contaba con una mayor organización, sólo con la toma del poder se podría transformar al país, de ahí el anunció de participar en la elección del 2012. Pero desde ese momento y contrario a lo que los medios dicen sobre el cambio en el discurso actual, AMLO proponía: “Hagamos saber a todos que sí se puede vivir con justicia, sin miedos ni temores, en una República nueva y amorosa que estamos construyendo entre todos”.
IV
Hasta hace unos días pocos apostaban a favor de Andrés Manuel. Para muchos, estaba muerto, acabado, a pesar de seguir colmando continuamente el zócalo, la plaza más grande del país. En cinco años, la mayor parte de los medios de comunicación le negaron cualquier espacio informativo, lo ignoraron. Nada fácil de resistir en este mundo moderno, en el cuál, quien no aparece en la televisión no existe.
Pero las cosas parecen haber cambiado. En retrospectiva, hoy se cuenta con un movimiento social al margen de los partidos políticos de “izquierda” llamado Morena y el resultado de la encuesta brinda confianza y augura esperanza porque representa unidad. Además, parecen haber quedado atrás las recriminaciones por el fraude electoral y el discurso de AMLO se ha moderado para atraer nuevos electores sin dejar de la congruencia y sin renunciar a los ideales y principios.
Cabe decir que Morena no es un movimiento social nuevo. Desde hace tiempo ha venido desde los márgenes del poder, queriendo transformar la realidad. En él se han puesto un sinfín de valores, premisas y propuestas construidas por un grupo ético y comprometido de intelectuales y académicos, pero sobre todo con las opiniones vertidas del pueblo.
En dicho proyecto se dice que el amor no puede estar desligado de la política, tampoco la moral, ni la ética. Se dice debemos ser más humanos, más fraternos, que es necesario amar al prójimo y a la naturaleza. No por ello, se olvida de la necesidad de generar cambios, de la creación de un Estado de Bienestar y de no cejar en la lucha contra la desigualdad. En el contexto actual, es el único que ofrece una alternativa con proyecto de nación en contra de este sistema neoliberal en el que vivimos, capaz de cambiar el orden sociocultural imperante y construir una nueva sociedad donde la imaginación y la creación sean pilares fundamentales.
En el 2012 AMLO no poseerá la fuerza de la televisión, ni los aparatos del Estado, sólo con el poder de la palabra, abajo y con la gente podrá transformar este país.
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