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miércoles, octubre 07, 2009

“Las venas de América Latina todavía siguen abiertas”


JAVIER RODRÍGUEZ MARCOS - Madrid - 06/10/2009

Con cabeza de patricio romano y conciencia de tribuno de la plebe, Eduardo Galeano tiene siempre presente una frase de José Martí: “Todas las glorias del mundo caben en un grano de maíz”. Lo dice porque la semana pasada le dieron en Madrid la Medalla de oro del Círculo de Bellas Artes. “Es una alegría, claro. No practico la falsa humildad, pero tampoco me olvido de Martí y me digo: eh, tranquilo, despacito por las piedras”. Al día siguiente, además, recibió un premio de la ONG Save the Children.

A los 69 años, el escritor uruguayo es una piedra en el zapato de los vencedores de la historia, una especie de best seller furtivo de la izquierda. El año pasado, durante la gira española de presentación de su último libro, Espejos. Una historia casi universal (Siglo XXI), abarrotó cada salón de actos que pisó, llegando incluso a desbordar el Auditorio de Galicia, en Santiago de Compostela, con capacidad para 1.000 personas. El próximo día 14 cerrará esta nueva visita a España con una lectura de su obra en el Auditorio Marcelino Camacho de Comisiones Obreras, en Madrid.

Galeano ha conseguido levantar pasiones con libros sin género preciso, pero escritos con un estilo fragmentario y seco que él opone a “la tradición retórica del pecho inflado. Aprendí a disfrutar diciendo más con menos”, dice en su hotel madrileño de siempre, a un paso de la Puerta del Sol. Allí cuenta que su maestro, Juan Carlos Onetti, “que no daba consejos”, le dijo algo que no ha olvidado: “Como era bastante mentiroso, para dar prestigio a sus palabras solía decir que eran proverbios chinos. Un día me soltó: ‘Las únicas palabras dignas de existir son aquéllas mejores que el silencio”.

El autor de Días y noches de amor y guerra lleva años peleándose con el silencio. Ahora se pelea también con el miedo. Más que las elecciones presidenciales que se celebran en Uruguay el 25 de octubre, le interesan los dos plebiscitos que tendrán lugar ese día. Uno pretende derogar la ley que impide castigar a los militares de la dictadura: “El Estado no puede renunciar a hacer justicia porque la impunidad estimula el delito”. Hace 20 años se celebró un referéndum con igual objetivo. Y con mal resultado. “Lanzaron toneladas de bombas de miedo”, cuenta el escritor. “Se decía que si la ley se derogaba volvería la violencia, y la gente votó asustada”.

Aquel primer plebiscito de los años ochenta fue promovido por una comisión en la que, junto a Galeano estaba Mario Benedetti. Desde la muerte de éste, en mayo pasado, su amigo forma parte de la fundación que heredó el legado del poeta para promover la literatura joven: “Era un insólito caso de escritor generoso. El nuestro es un gremio egoísta que ocupa la jaula de los pavos reales. A cada uno le duele el éxito del otro. A Mario no”. Respecto a las reclamaciones del hermano de Be-nedetti, molesto con el testamento, Galeano es diplomático: “Eso está superado. De los líos de herencia no se salva nadie”.

El dinero mezclado con los líos lleva inevitablemente al fútbol, un asunto al que el escritor ha dedicado cientos de páginas, entre ellas, las que forman un clásico de la literatura deportiva: El fútbol a sol y sombra. ¿Es obsceno pagar millones de euros por un jugador? “El fútbol profesional es la industria de entretenimiento más importante del mundo. Además es un deporte que parece religión: la religión de todos los ateos. Lo que hay que tener claro es lo que decía Machado: ahora cualquier necio confunde valor y precio”.

Por otro lado, en el anecdotario diplomático internacional ha quedado grabado el hecho de que Hugo Chávez regalara a Obama el libro más popular (30 ediciones en inglés) del autor montevideano, Las venas abiertas de América Latina, un ensayo de 1971 que su propio autor describe como “una contrahistoria económica y política con fines de divulgación de datos desconocidos”. Y añade: “Lo que describía sigue siendo cierto. El sistema internacional de poder hace que la riqueza se siga alimentando de la pobreza ajena. Sí, las venas de América Latina todavía siguen abiertas”.

Galeano no cree que el presidente de Estados Unidos lo haya leído: “Lo dudo. Fue sólo un gesto. Además, la edición era en español”. La elección de Obama le pareció una victoria contra el racismo, pero le decepcionó que aumentara el presupuesto de Defensa: “Los políticos mejor intencionados terminan presos de una maquinaria que los devora”. ¿Y qué le parece su política hacia Latinoamérica? “Tiene buenas intenciones, pero hay problema de training. Los estadounidenses llevan siglo y medio fabricando dictaduras, y a la hora de entenderse con países democráticos, les cuesta. El desconcierto ante lo que ocurrió en Honduras es una muestra”.

El segundo plebiscito que espera al escritor al volver a casa busca otorgar el voto a los uruguayos que no viven allí, “¡una quinta parte de la población!”. Él mismo tuvo que exiliarse y sabe lo que es sobrevivir sin derechos: “No tenía documentos porque la dictadura me los negaba. Cuando vivía en Barcelona tenía que concurrir a la policía cada mes. Me hacían repetir los formularios y cambiar cien veces de ventanilla. Al final, en la casilla de la profesión yo ponía: escritor. Y entre paréntesis: de formularios”. Nadie se dio cuenta.


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lunes, septiembre 28, 2009

"Internet ha reducido el colonialismo cultural"

Eduardo Galeano. Escritor. El autor visita España para recibir la medalla de oro del Círculo de Bellas Artes, que premia su tratyectoria intelectual

El escritor Eduardo Galeano, en el hotel Apsis de Madrid. - MARTA JARA


ANTONIO J. RODRÍGUEZ - MADRID

Público.es

Bromea sobre Sarah Palin y relata cómo tomaba el pelo a los fotógrafos norteamericanos: "Siempre les digo que aprieten el botón H[air] (pelo), ya sabes, ese invento uruguayo high-tech. ¿Vuestras cámaras no tienen el botón de pelo?, les digo. Les cuesta entender la broma". Y aunque articula su discurso con la calma de la edad adulta, Eduardo Galeano (Montevideo, 1940) sigue manteniendo ese halo de enfant terrible, alguien que en ningún momento ha dejado de creer en el discurso crítico. Y es precisamente por ello por lo que el autor visita España: para recibir mañana la medalla de oro del Círculo de Bellas Artes, galardón que ya han obtenido Jean Baudrillard, Umberto Eco o Günter Grass.

¿Puede la literatura llegar a ser incompatible con la responsabilidad social?

La literatura es un movimiento social. Proviene de la sociedad y a la sociedad se dirige. Alguna vez Juan Carlos Onettise enojó conmigo porque no le creí cuando dijo que escribía para él mismo. Le propuse que me entregase su material y yo se lo envié por correo a su nombre y dirección. Eso le cayó muy mal.

¿Para quién escribe?

Tengo una suerte enorme y es que cuando en lecturas o charlas me encuentro con el público, confirmo que es cada vez más joven. Mi mujer bromea diciendo que pronto llegarán en cochecitos de bebé.

¿Qué recuerda de su experiencia con Onetti?

Era un falso puercoespín. Un hombre por dentro, aunque se hacía el ogro. Me enseñó que las únicas palabras que merecen existir son aquellas mejores que el silencio y por eso a mí me cuesta mucho escribir y reescribo tantas veces.

Mao habló de lo importante de definir al enemigo. ¿Cuál es el de la izquierda actual?

Desconfío mucho de este tipo de razonamientos porque conducen a una división del mundo entre buenos y malos. El bien y el mal: lo mismo que proponía Reagan o Bush, pero desde la izquierda.

¿Qué le dice la palabra socialismo?

Me hace pensar que podemos llegar a creer que tenía razón aquel viejo proverbio latino: Ítaca no existe, lo que existe es el camino hacia Ítaca. Lo que existe es la búsqueda. Yo creo que nuestro mundo está embarazado de otro mundo.

¿Ha reportado la globalización algún bien en América Latina?

Internet, por ejemplo. Aquello que nació al servicio de las programaciones de las operaciones internacionales en EEUU está siendo ahora un instrumento de vida. Sirve para dar voz a quienes antes estaban condenados a la soledad. Por mi parte, confieso que al principio desconfiaba de todo esto: pensaba que las máquinas beben de noche. Que cuando nadie las ve se emborrachan y por eso durante el día hacen cosas inexplicables. No hay que olvidar, sin embargo, que la globalización implica concebir la codicia como motor de la vida, el arréglate como puedas, y quien no, que se joda.

¿Qué le dicen los filántropos de Forbes como Gates o Soros?

A mí eso me suena a caridad, no a solidaridad. Yo me siento identificado con los movimientos solidarios, pero no con las obras de caridad. Participé dos veces en los foros de Porto Alegre y me siento muy identificado esa suerte de gran familia que se puede encontrar más allá de todo límite geográfico.

¿Seguimos sometidos al colonialismo de la industria cultural?

Es verdad que Internet lo ha reducido. Pero aún persiste la organización colonial. Y es ahí donde entran en juego los agentes culturales del mundo independiente, sometido y humillado, y que a veces llegan a hacer suya la mirada del amo. Una tradición de autodesprecio. La cultura de la impotencia con la que los países del Sur han sido entrenados por el Norte.

¿Y qué hay de la democracia mediática?

Bueno, no depende de que a Italia la dirija Berlusconi o San Francisco de Asís. Depende de un desarrollo de la industria de la comunicación que se orienta hacia el consumo y no hacia la multiplicación del conocimiento y de la sensibilidad. Hacemos nuestro el criterio según el cual solo es bueno lo rentable. Eso te enseña a aplastar al prójimo, no a reconocerlo como promesa. Es una parte sustancial de lo que hoy día podríamos llamar la dictadura del miedo. Ya ni se salvan los animalitos, pues hasta los cerditos te transmiten la gripe y las vacas la locura. Y yo que pensaba que la locura era un privilegio humano.

Bibliografía esencial

‘Las venas abiertas de américa latina’
Aborda la historia de América Latina desde la colonización europea. Casi cuarenta años después de su primera publicación, el libro se ha convertido en una referencia indispensable a la hora de estudiar el continente. Hugo Chávez fue responsable de dar un nuevo espaldarazo al texto cuando se lo entregó a Obama.

‘El libro de los abrazos’
Tomando de nuevo a Latinoamérica como protagonista, el escritor hace gala de su habilidad a la hora de desarrollar ficciones breves, caracterizadas por el registro lírico.

‘Espejos’
Publicado en 2008, el último libro del uruguayo supone una recreación de la historia de la humanidad en donde se prescinde de fronteras geográficas y temporales.

‘Patas arriba’
La relación entre países desarrollados y subdesarrollados, el libre mercado, el imperialismo y la cultural (colonial) de consumo protagonizan ‘Patas arriba: la escuela del mundo al revés’ que edita Siglo XXI.


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domingo, marzo 29, 2009

Eduardo Galeano presenta Espejos en Veracruz



Orfebre prodigioso de la palabra, el escritor Eduardo Galeano estuvo en Xalapa para hablar de su nuevo libro, Espejos. Más de 500 personas --jóvenes en su mayoría-- atiborraron el auditorio Jesús Morales Fernández, de la Unidad de Humanidades de la Universidad Veracruzana para escuchar el verbo seductor de Galeano. Como sucede desde hace años en cada aparición pública, el escritor uruguayo fue aclamado del mismo modo en que se aclama a un cantante famoso. Sentados en el piso, amontonados en los pasillos, nadie quería perder detalle. El acto se dio como parte de las actividades del Segundo Encuentro de Escritores por la Tierra, que organizan la Fundación Mare Terra, la Red Internacional de Escritores por la Tierra y la Universidad Veracruzana, en homenaje al poeta nicaragüense Ernesto Cardenal.
El acto fue rematado con una firma de libros. Decenas de personas formaron una larga fila para obtener el preciado autógrafo del escritor.


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domingo, marzo 22, 2009

Espejos -Eduardo Galeano- :::Especial La Jornada:::

Foto
Eduardo Galeano, una mirada a la historia profunda del mundo

Mexicanas

Tlazoltéotl, luna mexicana, diosa de la noche huasteca, pudo hacerse un lugarcito en el pan-teón macho de los aztecas.

Ella era la madre madrísima que protegía a las paridas y a las parteras y guiaba el viaje de las semillas hacia las plantas. Diosa del amor y también de la basura, condenada a comer mierda, encarnaba la fecundidad y la lujuria.

Como Eva, como Pandora, Tlazoltéotl tenía la culpa de la perdición de los hombres; y las mujeres que nacían en su día vivían condenadas al placer.

Y cuando la tierra temblaba, por vibración suave o terremoto devastador, nadie dudaba:

–Es ella.

Egipcias

Heródoto, venido de Grecia, comprobó que el río y el cielo de Egipto no se parecían a ningún otro río ni a ningún otro cielo, y lo mismo ocurría con las costumbres. Gente rara, los egipcios: amasaban la harina con los pies y el barro con las manos, y momificaban a sus gatos muertos y los guardaban en cámaras sagradas.

Pero lo que más llamaba la atención era el lugar que las mujeres ocupaban entre los hombres. Ellas, fueran nobles o plebeyas, se casaban libremente y sin renunciar a sus nombres ni a sus bienes. La educación, la propiedad, el trabajo y la herencia eran derechos de ellas, y no sólo de ellos, y eran ellas quienes hacían las compras en el mercadomientras ellos estaban tejiendo en casa. Según Heródoto, que era bastante inventón, ellas meaban de pie y ellos, de rodillas.

Hebreas

Según el Antiguo Testamento, las hijas de Eva seguían sufriendo el castigo divino.

Podían morir apedreadas las adúlteras, las hechiceras y las mujeres que no llegaran vírgenes al matrimonio; marchaban a la hoguera las que se prostituían siendo hijas de sacerdotes.

Y la ley divina mandaba cortar la mano de la mujer que agarrara a un hombre por los huevos, aunque fuera en defensa propia o en defensa de su marido.

Durante cuarenta días quedaba impura la mujer que paría hijo varón. Ochenta días duraba su suciedad, si era niña.

Impura era la mujer con menstruación, por siete días y sus noches, y trasmitía su impureza a cualquiera que la tocara o tocara la silla donde se sentaba o el lecho donde dormía.

Romanas

Cicerón había explicado que las mujeres debían estar sometidas a guardianes masculinos debido a la debilidad de su intelecto.

Las romanas pasaban de manos de varón a manos de varón. El padre que casaba a su hija podía cederla al marido en propiedad o entregársela en préstamo. De todos modos, lo que importaba era la dote, el patrimonio, la herencia: del placer se encargaban las esclavas.

Los médicos romanos creían, como Aristóteles, que las mujeres, todas, patricias, plebeyas o esclavas, tenían menos dientes y menos cerebro que los hombres y que en los días de menstruación empañaban los espejos con un velo rojizo.

Plinio el Viejo, la mayor autoridad científica del imperio, demostró que la mujer menstruada agriaba el vino nuevo, esterilizaba las cosechas, secaba las semillas y las frutas, mataba los injertos de plantas y los enjambres de abejas, herrumbraba el bronce y volvía locos a los perros.

Griegas

De un dolor de cabeza, puede nacer una diosa. Atenea brotó de la dolida cabeza de su padre, Zeus, que se abrió para darle nacimiento. Ella fue parida sin madre.

Tiempo después, su voto resultó decisivo en el tribunal de los dioses, cuando el Olimpo tuvo que pronunciar una sentencia difícil.

Para vengar a su papá, Electra y su hermano Orestes habían partido de un hachazo el pescuezo de su mamá.

Las Furias acusaban. Exigían que los asesinos fueran apedreados hasta la muerte, porque es sagrada la vida de una reina y quien mata a la madre no tiene perdón.

Apolo asumió la defensa. Sostuvo que los acusados eran hijos de madre indigna y que la maternidad no tenía la menor importancia. Una madre, afirmó Apolo, no es más que el surco inerte donde el hombre echa su semilla.

De los trece dioses del jurado, seis votaron por la condenación y seis por la absolución.

Atenea decidía el desempate. Ella votó contra la madre que no tuvo y dio vida eterna al poder macho en Atenas.

Amazonas

Las amazonas, temibles mujeres, habían peleado contra Hércules, cuando era Heracles, y contra Aquiles en la guerra de Troya. Odiaban a los hombres y se cortaban el seno derecho para que sus flechazos fueran más certeros.

El gran río que atraviesa el cuerpo de América de lado a lado, se llama Amazonas por obra y gracia del conquistador español Francisco de Orellana.

Él fue el primer europeo que lo navegó, desde los adentros de la tierra hasta las afueras de la mar. Volvió a España con un ojo menos, y contó que sus bergantines habían sido acribillados a flechazos por mujeres guerreras, que peleaban desnudas, rugían como fieras y cuando sentían hambre de amores secuestraban hombres, los besaban en la noche y los estrangulaban al amanecer.

Y por dar prestigio griego a su relato, Orellana dijo que ellas eran aquellas amazonas adoradoras de la diosa Diana, y con su nombre bautizó al río donde tenían su reino.

Los siglos han pasado. De las amazonas, nunca más se supo. Pero el río se sigue llamando así, y aunque cada día lo envenenan los pesticidas, los abonos químicos, el mercurio de las minas y el petróleo de los barcos, sus aguas siguen siendo las más ricas del mundo en peces, aves y cuentos.

Cuando el hígado era la casa del alma

En otros tiempos, mucho antes de que nacieran los cardiólogos y los letristas de boleros, las revistas del corazón bien pudieron llamarse revistas del hígado.

El hígado era el centro de todo.

Según la tradición china, el hígado era el lugar donde el alma dormía y soñaba.

En Egipto, la custodia del hígado estaba a cargo de Amset, hijo del dios Horus, y en Roma quien se ocupaba de cuidarlo era nada menos que Júpiter, el padre de los dioses.

Los etruscos leían el destino en el hígado de los animales que sacrificaban.

Según la tradición griega, Prometeo robó para nosotros, los humanos, el fuego de los dioses. Y Zeus, el mandamás del Olimpo, lo castigó encadenándolo a una roca, donde un buitre le comía el hígado cada día.

No el corazón: el hígado. Pero cada día el hígado de Prometeo renacía, y ésa era la prueba de su inmortalidad.

Fundación del machismo

Por si fuera poco ese suplicio, Zeus también castigó la traición de Prometeo creando a la primera mujer. Y nos mandó el regalo.

Según los poetas del Olimpo, ella se llamaba Pandora, era hermosa y curiosa y más bien antolondrada.

Pandora llegó a la tierra con una gran caja entre los brazos. Dentro de la caja estaban, prisioneras, las desgracias. Zeus le había prohibido abrirla; pero apenas aterrizó entre nosotros, ella no pudo aguantar la tentación y la destapó.

Las plagas se echaron a volar y nos clavaron sus aguijones. Y así llegó la muerte al mundo, y llegaron la vejez, la enfermedad, la guerra, el trabajo...

Según los sacerdotes de la Biblia, otra mujer, llamada Eva, creada por otro dios en otra nube, también nos trajo puras calamidades.

Heracles

Zeus era muy castigador. Por mala conducta, vendió como esclavo a su hijo Heracles, que después, en Roma, se llamó Hércules.

Heracles fue comprado por Onfale, reina de Lidia, y a su servicio liquidó a una serpiente gigante, lo que no exigió un gran esfuerzo a quien despedazaba serpientes desde que era bebé, y capturó a los mellizos que en las noches, convertidos en moscas, robaban el sueño de la gente.

Pero a la reina Onfale no le interesaban ni un poquito esas proezas. Ella quería un amante, no un guardián.

Pasaban encerrados casi todo el tiempo. Cuando se mostraban, el lucía collares de perlas, brazaletes de oro y coloridas enaguas que poco duraban, porque sus músculos reventaban las costuras, y ella vestía la piel del león que él había asfixiado, con sus brazos, en Nemea.

Según se decía en el reino, cuando él se portaba mal, ella le pegaba con una sandalia en el culo. Y se decía que en los ratos libres, Heracles se echaba a los pies de su dueña y se distraía hilando y tejiendo, mientras las mujeres de la corte lo abanicaban, lo peinaban, lo perfumaban, le daban de comer en la boca y le servían vino de a sorbitos.

Tres años duraron las vacaciones, hasta que Zeus, el papá, mandó que Heracles regresara de una buena vez a su trabajo y culminara sus doce hazañas de supermacho universal.



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viernes, marzo 20, 2009

Encuentro del escritor uruguayo Eduardo Galeano con sus lectores en la UNAM

Juan Carlos Velázquez Velázquez para AlianzaTex
Publicada: Marzo 20, 2009

El escritor uruguayo se presentará en la Sala Nezahulcóyotl del Centro Cultural Universitario, el jueves 2 de abril

Su obra refleja una escritura de urgencia, de denuncia, que retrata la cotidianeidad de unos tiempos difíciles con una escritura situada siempre en primera línea de los hechos

Texcoco, Estado de México. (Texcoco Mass Media).- Como parte de su visita a México, el escritor uruguayo Eduardo Galeano tendrá un encuentro público con sus lectores el próximo jueves 2 de abril, a las 18:00 horas, en la Sala Nezahualcóyotl del Centro Cultural Universitario.
Invitado por Siglo XXI Editores, la Universidad Veracruzana y la UNAM, Galeano llevará a cabo varias actividades durante su estancia en México. El martes 24 de marzo presentará su libro Espejos. Una historia casi universal, en Xalapa y el jueves 26 recibirá el doctorado honoris causa por parte de la Universidad Veracruzana.
El miércoles 1 de abril presenta su libro en la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes, a las 19:00 horas y finalmente, el jueves 2 de abril, en la Sala Nezahualcóyotl del Centro Cultural Universitario, se reunirá públicamente con sus lectores para charlar y leer una selección de su obra entre la que se encuentran ensayos, poesía y crónica.
El público encontrará a un autor que transita entre el periodismo, el ensayo y la narrativa; a un cronista de su tiempo, certero y valiente, que ha retratado con agudeza la sociedad contemporánea, penetrando en sus lacras y en sus fantasmas cotidianos.
En Galeano, lo periodístico vertebra su obra de manera prioritaria ya que se inició en esta profesión, como dibujante, a la edad de 14 años. De tal modo que no es posible escindir su labor literaria de su faceta como periodista comprometido.
Literatura y periodismo de marcado tinte político
A lo largo de su vida, Eduardo Galeano, autor cuya obra inspiró canciones a Juan Manuel Serrat, realizó todo tipo de trabajos, fue mensajero y dibujante, peón en una fábrica de insecticidas, cobrador, taquígrafo, cajero de banco, diagramador, editor y peregrino por los caminos de América.
Sus primeros escritos son reportajes de corte político. Tanto el reportaje China (1964) como Crónica de un desafío, del mismo año, o Guatemala, un país ocupado (1967) reflejan una escritura de urgencia, de denuncia, que retrata la cotidianeidad de unos tiempos difíciles con una escritura situada siempre en primera línea de los hechos. Las venas abiertas de América latina (1971) es una de sus obras más populares y ha sido traducida a dieciocho idiomas.
En Galeano el contexto político y social no puede eludirse y es el marco central en el que transitan sus historias: Días y noches de amor y de guerra (1978) donde hace alusión a los difíciles días de la dictadura en Argentina y Uruguay. En Memoria del fuego, Galeano lleva a cabo una recuperación del pasado indigenista. Esta obra narra la odisea de las dos Américas, centrándose en los hechos más cotidianos, componiendo una trilogía febril e incisiva, apoyada en la rigurosidad de las fuentes y en la que se entrecruzan crónicas históricas con pinceladas del presente, siempre en busca de un futuro más justo.
De su trilogía histórica integrada por: Los nacimientos (1982), Las caras y las máscaras (1984) y El siglo del viento (1986) el periodista italiano Gianni Miná expresó que es una voz incisiva y militante que trata de impedir que se olvide la tragedia que asola a quienes viven en el más completo subdesarrollo.
En el trabajo de Galeano se puede observar la figura del cronista que persigue injusticias, que conjura temores, que rescata del abismo personajes e historias postergadas. Con su obra Galeano establece un frente común contra la pobreza, la miseria moral y material, la hipocresía de un mundo que sigue abriendo cada vez más distancias entre los que tienen y los que no tienen. En Eduardo Galeano hay un compromiso constante con el ser humano y sobre todo una fidelidad a unas ideas que condenan el neoliberalismo y que siguen apostando por un socialismo real.
Galeano fue premiado en dos ocasiones por la Casa de las Américas y por el Ministerio de Cultura del Uruguay. Recibió el American Book Award de la Universidad de Washington, en EEUU, por su trilogía Memoria del Fuego. Fue el primer escritor galardonado con el premio Aloa, creado por los editores de Dinamarca, y con el Cultural Freedom Prize, otorgado por la Fundación Lannan.
El escritor uruguayo se presentará en la Sala Nezahulcóyotl del Centro Cultural Universitario, el jueves 2 de abril, a las 18:00 horas. Entrada libre.
Con información de la DGCS UNAM


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lunes, marzo 09, 2009

"A mí no me venden certezas absolutas" Eduardo Galeano


Sociedad. Eduardo Galeano, con Mariana Wenger y Paola Murias. (E. MacAllister)


La Capital

La tarde transcurría calurosa y solitaria en el hall del Teatro General San Martín de Buenos Aires. En medio del vacío aparece afable y sencillo Eduardo Galeano. Llega puntual a la cita, un rato antes de participar de la filmación en Otros sentidos, una película documental que dirige la rosarina Mariana Wenger (ver aparte). Despojado, apenas lo acompaña una bolsa con un regalo. "Una botella de whisky para un amigo de Buenos Aires", revela.

El autor de Las venas abiertas de América Latina, Memoria del fuego y El libro de los abrazos, entre otros libros, se muestra dispuesto al diálogo. Durante la entrevista el escritor uruguayo hablará del valor de la mirada, su dolor por el mundo presente, su esperanza y su desesperanza, su visión de internet y tres de sus pasiones: el fútbol, el amor y la literatura.

"Estamos entrenados para la ceguera y siempre es complicado redescubrir la mirada", advierte Galeano. Y casi sin necesidad de escuchar un pregunta, cuenta algo que vivió no hace mucho. "Poco antes de que mi amigo y compañero del alma, mi perro Morgan, muriera, hace poquito tiempo, me sucedió algo curioso —dice—. Ibamos caminado por la calle, con tristeza, porque tanto él como yo sabíamos que se venía lo peor. Y de pronto, en sentido contrario, vemos que viene caminando, más bien brincando, trotando por el mundo, una niña que no superaba los 11 o 12 años".

El relato de Galeano sigue así: "La niña avanzaba y saludaba a las plantas que encontraba a su paso, «buen día plantita», les decía. Ellas las veía vivas, porque a esa edad somos todos paganos y aún no hemos sido mutilados por una cultura que nos dice qué es lo que podemos ver y qué no, porque uno va a ser confundido, por superstición, por ignorancia. Yo creo que es difícil recuperar esa primera mirada de niños".

—¿Usted siente que lo logra?

—En algún sentido Miró lo logró con su pintura. Pero los adultos ya estamos muy enfermos. Necesitamos limpiar los ojos de las telarañas que se nos han ido imponiendo. Ya lo dijo Bernard Shaw: "A los 8 años tuve que interrumpir mi educación para ir a la escuela". Y eso es un poco cierto aunque las cosas han mejorado y mucho en relación a cuando Bernard Shaw iba a la escuela.

—Después de un largo recorrido como escritor, sigue dándole apoyo a proyectos independientes —como Otros sentidos— donde, presumo, no participa por dinero. ¿Qué lo moviliza a integrarse en este tipo de propuestas?

—Ah no, a mí me dijeron que yo entraba pobre y salía rico de esta película (risas). Pero hablando en serio, cada vez que se me propone algo en lo que creo, me engancho. Y por suerte el mundo está lleno de posibilidades, más de las que puedo aceptar por una cuestión de tiempo material. Este mundo contemporáneo, tan condenado por la violencia y tan condenado a vivir contra la vida como parece. En cada minuto que transcurre mueren diez niños de hambre o de enfermedades evitables. Y en ese mismo minuto se gastan tres millones de dólares en la industria militar que es la industria de la muerte. Sin dudas, estamos en un mundo al revés. Extrañamente, nuestra especie se ha especializado en el exterminio del prójimo y sin embargo los espacios de creación siguen abiertos. A pesar de la inmensa maquinaria mundial de la manipulación de las conciencias, de la mentira organizada como única verdad posible, a pesar de todo esto por todos lados crecen buenas plantas que merecen ser saludadas, como lo hacía esa niña que cruzamos por la calle con mi perro Morgan.

—¿Qué sangre siente que está circulando hoy, en 2009, por esas venas abiertas de América latina?

—Hay de todo. Esperanza y desesperanza. Cuando me preguntan si soy optimista siempre pido que me hagan la pregunta con más precisión. ¿A qué hora de qué día soy optimista o pesimista? Soy optimista, pesimista, me caigo y me levanto.

—Bueno, hemos tenido suerte hoy.

—Mire, no crea que soy ninguna garantía (risas). La verdad es que tengo mala opinión de los optimistas, de la gente que vende recetas de la felicidad. Cuando escucho "compañeros la esperanza no se pierde jamás, los pueblos avanzan", yo me pregunto: ¿esa receta se compra en la farmacia? Porque a mí me pasa que la esperanza se me escapa por un agujerito del bolsillo, y después vuelve. Y vuelve fortalecida. Las esperanzas verdaderas son las que desayunan dudas. Las certezas absolutas a mí no me las venden, ya no las creo. Me las vendieron cuando fui chico, en las clases de catecismo, después ya no.

—Usted fue desde siempre un habitante rioplatense, de Uruguay y de Argentina, de ambas orillas. En esta etapa, ¿definió como propio un lugar dónde mejor se conecte con sus cosas?

—Mi idea es que los lugares por sí mismos no existen, existen las personas que los habitan. Lo demás son las tarjetas postales, y nada más. Yo me reconozco en muchos lugares, con las personas. Pero la certeza, como decía, muchas veces se va porque la realidad la lastima. Las que valen la pena son certezas con muchas cicatrices. En cambio, las caras que la pasión humana no marcó, son muñecos, muñecas.

—¿Cómo vive este momento de revolución comunicacional, impacta en su producción literaria?

—Si hablamos de internet, soy muy prehistórico, y tuve una gran desconfianza a ese sistema durante mucho tiempo. Tenía razones, internet nació de una necesidad militar del Pentágono, para operaciones militares, con fines de muerte. Pero con el tiempo se transformó en otra cosa. Ahora en internet suenan muchas voces que vale la pena escuchar, multiplicad de voces. Se ha vuelto una novedad tecnológica muy positiva. De todos modos, hay que ser cuidadoso porque internet está alfombrada de cáscaras de banana.

—¿Y cómo es eso?

—Por ejemplo, mi trabajo más felicitado, más laureado, que circula por Internet no me pertenece, y desconozco quién me lo atribuyó. Se llama "Por qué no tengo DVD", que además no es cierto, porque yo sí tengo DVD. Pero ocurren cosas desopilantes cuando algunas personas maravilladas con ese texto me felicitan. A mi me da cierto pudor incluso defraudarlas y suelo no aclararles nada (risas). Pero no soy el único, le ocurre a muchos autores, como a Gabriel García Márquez, que tiene un testamento circulando por internet que no es de él. Y según dijo, cada vez que lo lee le dan ganas de morirse.

—De todos modos, adoptó internet para trabajar y comunicarse.

—Sí, claro, pero no me confundo, una cosa es el violín y otra la mano que lo ejecuta. Creo en las palabras que nacen de la necesidad de decir. Yo busco leer y escuchar las palabras auténticas, verdaderas, que valgan la pena. El medio me importa poco. Por ejemplo soy un gran lector de paredes, y las paredes están ahí desde el principio de los tiempos, cuando todavía no eran paredes y eran sólo rocas como las del Río Pinturas, en Santa Cruz. Esas manos impresas allí son una palabra muy fuerte de esos hombres o mujeres que imprimieron sus manos en una época anterior a todas las épocas (Nota: las manos impresas tienen una antigüedad promedio de 10 mil años). Esas manos dicen "nosotros estuvimos aquí".

—¿Continúa teniendo vocación por los rincones de las ciudades, por los cafés?

—Sí claro, soy un gran caminante. Las ciudades se leen con los pies, lentamente. Yo soy lento, para todo. Para escribir, para el amor. Lento. Quizá porque nací en el Uruguay que es un país lento. Incluso para el fútbol, el jugador uruguayo recibe la pelota y medita. Pero claro, cuando llega a alguna conclusión, ya le han sacado la pelota. Pero es nuestro modo de ser.

—Serán lentos, pero también implacables para poner la pierna...

—Pero cuidado, porque hay una confusión. En la actualidad el fútbol uruguayo no está muy bien, hay que reconocerlo. Pero eso de poner pierna fuerte no es una tradición desde siempre del fútbol de mi país. Se confunde entre patada y coraje, como si la garra charrúa consistiera en violar todos los artículos del Código penal. Se trata de una confusión nueva, casi reciente.

—Digamos que tiene algunas décadas, por lo menos.

—Si repasamos la hazaña de 1950, el triunfo sobre Brasil en el Maracaná, en la final del campeonato del mundo, veremos que Uruguay no pegó en aquel partido. Si repasamos las estadísticas, Brasil cometió el doble de faltas que Uruguay en aquella final, incluso teniendo en cuenta que era Brasil el que ganaba el partido 1 a 0, para luego perderlo 2 a 1. Así que esa confusión la crearon lo que yo llamo los ideólogos del fútbol, los que anteriormente gritaban "métale, métale" y ahora gritan "mátelo, mátelo".



::Democracia Ya, Patria Para Todos. Apoyando al Lic. Andrés Manuel López Obrador en 2009::

sábado, noviembre 01, 2008

Eduardo Galeano: redescubrir las grandezas desde lo más chiquito

Espejos. "La realidad desde el punto de vista de los que la historia oficial los suprimió"



El sábado en la Feria Internacional del Libro, en ocasión de otorgársele a Eduardo Galeano el premio Bartolomé Hidalgo a su trayectoria, el prestigioso escritor compatriota ofreció una extensa charla pública de la cual, por su indudable valor, ofrecemos aquí un extenso extracto.

Yo quería compartir con ustedes algunos de los relatos del último libro que cometí que se llama "Espejos" y que está armado sobre seiscientos relatos --no voy a leer los 600, que no cunda el pánico, que no panda el cúnico, que nadie se escape; no hay peligro-- voy a hacer una selección de unos pocos textos que me parece que son reveladores de lo que el libro quiso ser o hacer: (muy modestamente), contar nada más que la historia del mundo hasta donde se podía llegar.

Y eso a través de historias chiquitas, no sólo por su extensión sino también porque siempre se me da por mirar el universo pero a través del ojo de la cerradura, o sea, redescubrir las grandezas desde lo más chiquito. Viajando desde lo más chiquito a lo que de veras tiene grandeza (que no es lo más grandote), y recontando la realidad que es, la que fue desde el punto de vista de los que estuvieron pero no fueron recordados porque la historia oficial los suprimió.

Hay un primer relato que ahora voy a leer que de alguna manera sintetiza toda la intención del libro que se llama "El héroe" y que dice así: "Cómo hubiera sido la guerra de Troya contada desde el punto de vista de un soldado anónimo; un griego de a pie ignorado por los dioses y deseado no más que por los buitres que sobrevuelan las batallas. Un campesino metido a guerrero, cantado por nadie por, por nadie esculpido. Un hombre cualquiera obligado a matar, y sin el menor interés de morir por los ojos de Elena.

¿Habría presentido ese soldado lo que Eurípides confirmó después? Que Elena nunca estuvo en Troya; que sólo su sombra estuvo allí.

Que diez años de matanzas ocurrieron por una túnica vacía.

Y si ese soldado sobrevivió, ¿qué recordó?

¡Quién sabe!

Quizás el olor. El olor del dolor y solamente eso.

Tres mil años después de la caída de Troya, los corresponsales de guerra Robert Frisck? y Frank Sevilla nos cuentan que las guerras huelen.

Ellos han estado en varias, las han sufrido por dentro y conocen ese olor de podredumbre caliente, dulce, pegajoso que se te mete por todos los poros y se te instala en el cuerpo y es una náusea que jamás te abandonará".

El libro se propone hablar de lo no hablado, contar lo no contado. Intenta responder algunas preguntas que me zumban en la cabeza, la mayoría desde hace años ya, ­y que probablemente me van a seguir zumbando todavía­ pero que aquí encontraron una primera tentativa de respuesta como esta pregunta que yo me hice cuando hace ya tiempo tuve la suerte de ver las pinturas rupestres en la caverna de Altamira. Las pinturas rupestres más famosas del mundo en Altamira.

Las vi tendido en una mesa de piedra (como ésta así), y mirando hacia el techo ­porque estaban pintadas en el techo de la caverna­ y entonces, me hice una pregunta, que es la pregunta que está aquí en el texto, que voy a leer ahora: "Están allí pintadas en las paredes y en los techos de las cavernas estas figuras: bisontes, alces, osos, caballos, águilas, mujeres, hombres... no tienen edad. Han nacido hace miles y miles de años, pero nacen de nuevo cada vez que alguien las miras. ¿Cómo pudieron ellos, nuestros remotos abuelos, pintar de tan delicada manera? ¿Cómo pudieron ellos, esos brutos que a mano limpia peleaban contra las bestias, crear figuras tan llenas de gracia? ¿Cómo pudieron ellos dibujar esas líneas volanderas que escapan de la roca y se van al aire? ¿Cómo pudieron ellos... o eran ellas... o eran ellas?

Me hice las pregunta y durante muchos años, estuve leyendo los libros que iban apareciendo sobre el tema y comprobé que la pregunta no era muy frecuente porque a nadie se le había ocurrido la posibilidad de que las pinturas prehistóricas fundadoras de la belleza en el mundo, fueran obra de mujeres.

Y eso no tiene nada de raro, porque las mujeres han sido ninguneadas por la historia oficial y maltratadas por la historia real.

Estamos acostumbrados a condenar con toda razón, las atrocidades que contra las mujeres cometen los fundamentalistas islámicos, pero no estamos tan acostumbrados a enterarnos de que, por ejemplo, la Iglesia católica ­que me formó; yo tuve una infancia muy católica­ prohibió durante siete siglos y medio, hasta hace un ratito (hasta mil novecientos veinte y pico) que las mujeres cantaran en los templos. Y lo prohibió porque las voces de las hijas de Eva ensuciaban la pureza del aire.

Tampoco estamos muy acostumbrados a enterarnos de que la revolución laica por excelencia; la revolución francesa que llegó para fundar la igualdad de derechos en el mundo, proclamó allá por 1793 la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano, pero cuando una militante revolucionaria que se llamaba Olimpia de Gouche? propuso una Declaración de los Derechos de la Mujer y de la Ciudadana, la Revolución Francesa le cortó la cabeza en la guillotina.

En otra pregunta que marqué aquí, porque hay muchas historias de mujeres, pero para resolverla con una más...

Cuando yo era chico había... creo que hay todavía una calle llamada Concepción Arenal y yo quería saber quién era Concepción Arenal y nadie me contestaba, nadie sabía quién era Concepción Arenal, así que no tuve más remedio que averiguarlo por mi cuenta y escribí esto sobre ella: "Pasó la vida luchando con alma y vida, contra el infierno de las cárceles y por la dignidad de las mujeres presas de cárceles, disfrazadas de hogares.

Contra la costumbre de absolver generalizando, ella llamaba 'al pan pan y al vino vino'.

"Cuando la culpa es de todos, es de nadie", decía.

Y así se ganó unos cuantos enemigos y aunque a la larga su prestigio ya era indiscutible a su país le costaba creérselo, ­y no sólo a su país­ a su época también.

Allá por 1840 y algo Concepción Arenal había asistido a los cursos de la Facultad de Derecho, disfrazada de hombre. El pecho aplastado por un doble corsé, y allá por mil ochocientos cincuenta y algo seguía disfrazándose de hombre para poder frecuentar las tertulias madrileñas donde se debatían temas impropios a horas impropias.

Y allá por el 1870 y algo, una prestigiosa organización inglesas, la Sociedad Howard? para la reforma de las prisiones, la nombró representante en España y el documento que la acreditó fue expedido a nombre de 'Sir' Concepción Arenal.

Cuarenta años después, otra gallega ­gallega como Concepción­ Emilia Pardo Bazán, fue la primera mujer catedrática en una Universidad española.

Ningún alumno se dignaba a escucharla, daba clases a nadie...

Algún amigo, de esos perversos que todos tenemos (que nunca falta) me ha dicho: "Porqué no te dejás de joder con las mujeres si ya el sistema te ofreció en bandeja a Margaret Thacher, a Condoleezza Rice y ahora a Sara Paling que parece que es la peor de todas".

Y de lo que se trata no es de que las mujeres sean mejores que los hombres, sino que el camino hacia la igualdad de derechos ha sido un camino muy duro y todavía está a medio recorrer.

Los derechos no se regalan, se conquistan y no me parece mal recordar que la igualdad de derechos que todavía las mujeres no han conquistado pero que evidentemente se ha avanzado en esa dirección, ha sido el resultado de la tarea de muchas mujeres que se jugaron por eso.

Tampoco creo que los negros sean mejores que los blancos, pero sí creo que el mundo está todavía enfermo de racismo y por eso me parece muy bien que Obama se haga ahora candidato con buenas posibilidades a la Presidencia de los Estados Unidos, no porque yo comparta todo lo que dice, especialmente lo que dice cuando anuncia que Irán es el peor enemigo de la humanidad, o cuando amenaza con invadir Paquistán o cuando emplea el lenguaje de Mac Caine a tal punto de que al final uno se aburre de escuchar lo mismo de un lado y del otro.

Sino por el hecho simple de que es la primera vez que eso ocurre. Y eso ocurre en un país muy racista, gravemente enfermo de racismo. Para empezar con otra pregunta: ¿Adán y Eva eran negros?

En Africa empezó el viaje humano en el mundo, desde allí emprendieron nuestros abuelos la conquista del planeta.

Los diversos caminos fundaron los diversos destinos y el Sol se ocupó del reparto de los colores.

Ahora las mujeres y los hombres arcoiris de la Tierra, tenemos más colores que el arcoiris del cielo, pero somos todos africanos emigrados... somos todos africanos emigrados.

Hasta los blancos blanquísimos vienen del Africa, quizás nos negamos a recordar nuestro origen común porque el racismo produce amnesia o porque nos resulta imposible creer que en aquellos tiempos remotos el mundo entero era nuestro reino; inmenso mapa sin fronteras y nuestras piernas eran el único pasaporte exigido.

Cuando digo que lo de Obama es importante, ­sobre todo en un país como los Estados Unidos­ me estoy refiriendo a cosas que pasaron hace digamos quince minutos, porque en términos históricos... por ejemplo en 1943 que es hace un ratito nomás, el Pentágono prohibió las transfusiones de sangre negra.

Cuando Estados Unidos entró en la guerra, para que no se hiciera por inyección la mezcla de razas prohibida en la cama... y entonces el presidente de la Cruz Roja que era el científico que había hecho posible con sus investigaciones el desarrollo del plasma o sea, de la conservación de la sangre. El hombre que millones de vida salvó... dijo que él se negaba a cumplir la orden porque era un disparate y la sangre negra no existía. "Toda la sangre es roja, por lo menos la que yo conozco".

Y lo renunciaron... se llamaba Charles Drew y era negro. Era negro.

Pasaron los años, poco después murió y ahora hace poco la Cruz Roja de los Estados Unidos resolvió llamarse con su nombre... él no se enteró.

Yo no creo mucho en eso, perdón es así, te pido perdón y sobre todo cuando son tan posteriores al crimen, pero casi en ningún caso también.

Palabras para la realidad y su memoria

El siglo XX que nació anunciando "paz y justicia" murió bañado en sangre y dejó un mundo mucho más injusto que el que había encontrado.

El siglo XXI que también nació anunciando "paz y justicia", está siguiendo los pasos del siglo anterior.

Allá en mi infancia yo estaba convencido de que todo lo que en la Tierra se perdía iba a parar a la Luna, pero... los astronautas no han encontrado en la Luna sueños peligrosos, ni promesas traicionadas, ni esperanzas rotas... si no están en la Luna ¿dónde están?

¿Será que en la Tierra no ser perdieron? ¿Será que en la Tierra se escondieron y están esperando... esperándonos a nosotros "los humanitos"?

Darwin nos informó que somos primos de los monos, no de los ángeles.

Después supimos que veníamos de la selva africana y que ninguna cigüeña nos había traído en el pico desde París, y no hace mucho nos enteramos de que nuestros genes son casi igualitos a los genes de los ratones... ya no sabemos si somos obras maestras de Dios o chistes malos del diablo.

Nosotros "los humanitos"; los exterminadores de todo; los cazadores del prójimo; los creadores de la bomba atómica, la bomba de hidrógeno y la bomba de neutrones que es la más saludable de todas porque liquida a las personas pero deja intactas las cosas.

Los únicos animales que inventan máquinas, los únicos que viven al servicio de las máquinas que inventan.

Los únicos que devoran su casa; los únicos que envenenan el agua que les da de beber y la tierra que les da de comer; los únicos capaces de alquilarse o venderse y de alquilar o vender a sus semejantes.

Los únicos que matan por placer; los únicos que torturan; los únicos que violan y también... y también los únicos que ríen.

Los únicos que sueñan despiertos; los que hacen seda de la baba del gusano; los que convierten la basura en hermosura; los que descubren colores que el arcoiris no conoce; los que dan nuevas músicas a las voces del mundo y crean palabras para que no sea muda la realidad y su memoria.

"¿LOS INDIOS ERAN CIEGOS?"

Cuando yo estaba en la escuela... la maestra nos explicó que Vasco Núñez de Balboa había sido el primer hombre que vio los dos océanos, --vio los dos mares a la vez, el Pacífico y el Atlántico desde una cumbre de Panamá-- el primer hombre.

Y yo levanté la mano y dije: --"Señorita, señorita".

--"¿Sí?"

-- "¿Los indios eran ciegos?"

--¡Fuera!

Fue mi primera expulsión.

¿Quiénes pusieron sus primeros nombres al maíz y a la papa y al tomate y al chocolate y a las montañas y a los ríos de América?

¿Hernán Cortez? ¿Francisco Pizarro?

Los que allí vivían ¿eran mudos?

Lo escucharon los peregrinos del My Flower... Dios decía que América era la tierra prometida.

Los que allí vivían ¿eran sordos?

Después los nietos de aquellos peregrinos del norte se apoderaron del nombre y de todo lo demás.

Ahora americanos son ellos; los que vivimos en las otras Américas ¿qué somos?

Los llamados indios, --por un error geográfico notorio de Colón... y que prefieren llamarse a sí mismos naturales, que son una manera mucho más hermosa de decir quiénes son. Han sido muy maltratados y lo siguen siendo por una conquista que continúa, siglo tras siglo en tierras de América.

Y podemos citar un par de ejemplos cercanos: la avenida más larga del Uruguay lleva el nombre de Fructuoso Rivera que asesinó a los últimos charrúas y la estatua más alta de la Argentina es la estatua del general Roca que limpió de indios toda la Patagonia.

Miles de muertos sin sepultura deambulan por la Pampa argentina. Son los desaparecidos de la última dictadura militar. La dictadura del general Videla aplicó en escala jamás vista la desaparición como arma de guerra. La aplicó pero no la inventó...

Un siglo antes el general Roca había usado contra los indios esta obra maestra de la crueldad que obliga a cada muerto a morir varias veces y que condena a sus queridos a volverse locos persiguiendo su sombra fugitiva.

En Argentina como en toda América, los indios fueron los primeros desaparecidos. Desaparecieron antes de aparecer.

El general Roca llamó "Conquista del desierto" a su invasión de las tierras indígenas.

La Patagonia era un espacio vacío, un reino de la nada habitado por nadie. Y los indios siguieron desapareciendo después.

Los que se sometieron y renunciaron a la tierra y a todo fueron llamados "indios reducidos". Reducidos hasta desaparecer...

EL CIUDADANO JOSE ARTIGAS

El país tuvo educación laica y gratuita antes que Inglaterra; voto femenino antes que Francia; jornada de trabajo de 8 horas antes que los Estados Unidos y Ley de Divorcio setenta años antes que la ley se restableciera en España.

El presidente José Batlle (don Pepe), nacionalizó los Servicios Públicos; separó la Iglesia del Estado; le cambió los nombres del almanaque.

La Semana Santa todavía se llama --entre nosotros--, Semana de Turismo como si Jesús hubiera tenido la mala suerte de morir en una fecha así.

La 'arquitectura de la muerte' es una especialidad militar. En 1977 la dictadura uruguaya erigió un monumento funerario en memoria de José Artigas.

Este enorme adefesio fue una cárcel de lujo ­fue y sigue siendo­ que hay en la Plaza... una cárcel de lujo.

Había fundadas sospechas de que el héroe podía escaparse un siglo y medio después de su muerte.

Para decorar el Mausoleo y disimular la intención, la dictadura militar buscó frases del prócer, pero el hombre que había hecho la Primera Reforma Agraria de Europa, medio siglo antes que Lincoln, un siglo antes que Zapata; el general que se hacía llamar 'ciudadano Artigas', había dicho que 'los más infelices debían ser los más privilegiados'; había afirmado que jamás iba a "vender nuestro rico patrimonio al bajo precio de la necesidad" y una y otra vez había repetido que "su autoridad emanaba del pueblo y ante el pueblo cesaba".

Los militares no encontraron ninguna frase que no fuera peligrosa (risas); entonces decidieron que Artigas era mudo, y en las paredes de mármol negro no hay más que fechas y nombres.

Desde hace más de medio siglo Uruguay no ha ganado ningún Campeonato Mundial de Fútbol, pero durante la dictadura militar concilió, conquistó otros dudosos trofeos: fue el país que más presos políticos y torturados tuvo en proporción a la población.

'Libertad' se llamó la cárcel más numerosa y como rindiendo homenaje a su nombre se fugaron las palabras presas a través de sus barrotes; se escurrieron los poemas que los presos por eso se escribieron en minúscula en hojitas de papel de fumar... como éste.

A veces llueve y te quiero. A veces sale el Sol y te quiero. La cárcel es a veces... siempre te quiero".

*Artículo tomado de La República.com (LR21) , de Uruguay, publicado en 21.10.08)

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