LA GEOGRAFIA TERRITORIAL DEL PARTIDO, COMO APORTE
CENTRAL A LA LUCHA.
Por:
Netzahualcóyotl Zaragoza Jiménez
Cuando la
“cosa” política pasó de ser un asunto exclusivo de los reyes (Monarquía) a una
expresión no central ni absoluta y –al menos en teoría- concerniente a “todos”
(Res-Pública = Cosa-Pública= República),
el problema de la definición y el ejercicio del poder en una geografía
territorial dada pasó de ser un problema fundamentalmente unitario (del
Monarca) con ubicación hacia afuera, a ser también, y esencialmente, un
problema plural (de todos) con ubicación hacia adentro.
Me explico: en
los reinos o ciudades-estado, en los que el poder residía y emanaba de un solo
hombre, el control interno del reino era por lo general, una vez alcanzado el
trono, un problema bastante menor respecto del problema de su fortaleza hacia
el exterior, y su consecuente influencia y expansión -o incluso su mera sobrevivencia-
en un medio hostil plagado de otros reinos.
Hacia adentro el monarca legitimado no necesitaba ponerse de acuerdo con
muchos para definir cómo se iba a llamar su dominio, qué tipo de reino iba a
ser, cómo iba a estar organizado, qué religión se iba a practicar, etc.; pero
hacia afuera dicho reino se encontraba casi siempre en peligro debido a las
otras fuerzas organizadas como la suya, que amenazaban ya sea su territorio, o
su facultad de cobrar impuestos, o la imposición de otra religión, o
simplemente atentaban contra las riquezas de su corona. Claro que el problema era llegar a ser el
soberano, pero la lucha para lograr este objetivo no era una lucha
geográfica-territorial, sino que se circunscribía al palacio y sus intrigas cortesanas. Es decir: la lucha era apoderarse del trono, y el
espacio de esta lucha era más el espacio del palacio o palacios, que el espacio
del campo o de las villas u otros lugares del reino, bastante secundarios en la
mayoría de los casos para el efecto.
Pero cuando
se pasó históricamente de este tipo de organización del poder centralizado y
personal, a uno des-centralizado y plural (República), el espacio de la batalla
se configuró de otra forma: todos los habitantes del espacio gobernado
importaban (aunque fuera en teoría), y por lo tanto TODO EL TERRITORIO ERA EL
ESCENARIO DE LA BATALLA POR ALCANZAR EL PODER A TRAVÉS DE LA ACEPTACIÓN Y/O EL
VOTO DE CADA HABITANTE y no solamente el reducido espacio de un palacio.
Ahora bien, si
a lo anterior añadimos que la lucha electoral es precisamente eso: UNA BATALLA,
UNA GUERRA (aunque sea codificada, “civilizada”, y con votos en vez de balas…
¡aunque no siempre!), podemos concluir que para lograr definir y ejercer el
poder en una República ES VITAL TODO EL TERRITORIO, así como en cualquier
guerra el territorio disputado, y cómo lograr ocuparlo y controlarlo, lo es
todo.
Lo anterior
viene a cuento por las constantes críticas provenientes de MORENA y dirigidas principalmente
a la expresión en verdad democrática del PRD (la corriente IDN), o incluso
vertidas hacia algunas otras corrientes del Partido (que son más o menos
progresistas), cuestionamientos que han surgido al calor del proceso de
constitución de MORENA como partido, y
en los cuales se esgrime que más convendría de plano abandonar la lucha
“perdida” de rescatar para la causa democrática de la nación al PRD, para, en
bloque pasarse desde ya y totalmente, al (próximo-futuro) partido MORENA, y trabajar en un entorno más
sólido y con un piso menos movedizo y complicado. Es decir: “No gastes tu tiempo ni tus energías
en causas perdidas”.
Pero no se trata
de irse a donde sea más fácil luchar, sino de hacerlo en donde más utilidad
pueda uno ofrecer. El principal aporte
que puede dar el PRD a la lucha democrática del país, es el territorio que como
partido ha venido construyendo desde hace más de 20 años, y que ha costado una muy
alta cuota de muertos, desvelos, energía y trabajo que por fortuna los nuevos
partidos por constituirse no tendrán que pagar en esas cantidades. Este territorio -donde se organizarán en su momento las
brigadas para promover el voto y las destinadas para defenderlo- es un territorio NACIONAL y es, de facto, la
tercera estructura organizativa-política más grande del país. Y, por ende, el
control de este territorio será de extraordinaria importancia en la “guerra”
que significarán las elecciones intermedias del 2015 y las federales del 2018.
Este control
territorial no puede ni debe ser dejado así como así a los
traidores-colaboracionistas que desde hace años se han incrustado en el PRD, y
cuya expresión en Jalisco son los perredistas alineados con el Grupo
Universidad el cual, por cierto, desde hace años ha mostrado un profundo
desprecio por los Comités Municipales en el interior de Jalisco, bajo la figura
de aparentar trabajar en dicha estructura, pero en realidad someterla a un
brutal abandono ya que están conscientes de su gran valor.
Concluyendo:
abandonar la estructura territorial del PRD en Jalisco y los demás Estados, o
no reconocer su importancia, es
implemente abandonar la plaza antes de la contienda… y eso es tener, desde
antes e irremediablemente, perdida la guerra.
::Democracia Ya, Patria Para Todos. Apoyando al Lic. Andrés Manuel López Obrador en 2012::
No hay comentarios.:
Publicar un comentario