Ya se juzgó a Husein, ¿y Bush cuándo?
Publico - 04/01/07
El morbo ha podido más que las normas de control. El video del viernes pasado con escenas del ahorcamiento de Sadam Husein es consultado por cientos de miles, si no es que millones de personas en todo el mundo a través de YouTube, el sitio de la Internet especializado en difundir imágenes en movimiento. Las escenas muestran al ex gobernante de Irak subir al patíbulo y rezar unas oraciones mientras sus verdugos le colocaban una tela negra alrededor del cuello y la soga que lo ahorcaría apenas unos segundos más tarde. Husein terminó sus días mientras dentro y fuera de Irak muchos lloraban su muerte y otros tantos la festejaban.
Alrededor de esta ejecución queda el debate sobre la pena de muerte y también sobre las deficiencias y corruptelas del sistema de justicia del nuevo régimen iraquí, producto directo de la invasión de Estados Unidos. Javier Saavedra, abogado español del equipo que defendía a Husein, ha lamentado la ejecución y sostiene que la justicia iraquí tuvo temor a un juicio de apelaciones porque entonces habría salido a la luz pública mucha información incómoda para los invasores estadunidenses.
Husein ha sido ejecutado bajo la acusación de genocidio cometido en contra de una población chii en 1982. Se le acusó de torturar y luego asesinar a 148 habitantes de la población de Duyail usando gases tóxicos. Seguramente Husein merecía castigo por esto, quién sabe si la pena de muerte. Husein merecía ser castigado por las muertes de 1982, por eliminar la vida de sus opositores, por llevar a su país a la guerra contra Irán o por invadir a Kuwait. Pero todas estas acciones del gobernante iraquí contaron con la complacencia y apoyo de Estados Unidos. Las armas prohibidas que Husein usó en contra de opositores fueron provistas por la potencia mundial.
El festejo mediático que las cadenas informativas occidentales hicieron con la muerte de Husein muestra al mismo tiempo el doble rasero del mundo ante estos casos. Como Husein, muchos otros gobernantes del mundo merecen ser juzgados por crímenes contra la humanidad. Por ejemplo la corrupta y sanguinaria dinastía que gobierna Arabia Saudí, o los gobernantes de Israel que practican el terrorismo de Estado o actuales aliados estadunidenses en las nacientes repúblicas de Asia Central.
Aplicando los mismos criterios usados para juzgar a Husein, el primero de la lista a ser juzgado debería ser el presidente de Estados Unidos. Bush ordenó la invasión a Irak, hasta entonces un país soberano reconocido por la Organización de las Naciones Unidas (ONU), a sabiendas de que eran mentiras los argumentos usados en público para justificar la intervención militar de marzo de 2003.
Irak no tenía armas de destrucción masiva que usaron como argumento Bush y sus aliados Tony Blair y José María Aznar para invadir ese país. Tampoco se probó que Husein estuviera detrás de los atentados terroristas del 11 de septiembre de 2001 en Estados Unidos, como se hizo creer. Esas acusaciones fueron esparcidas deliberadamente a sabiendas de que era mentira, pero al final se impusieron como las justificaciones para agredir a un país soberano.
El resultado es que han muerto 654 mil iraquíes a consecuencia de la invasión de la coalición de países encabezada por Estados Unidos, según el reporte publicado por científicos británicos en la revista The Lancet. A Husein se le juzgó por dar muerte a 148 personas (y seguramente fue responsable de miles más), pero únicamente por las invasiones a Irak y Afganistán, Bush es responsable de más muertes de civiles.
Jamás ha existido, como ingenuamente o hipócritamente pretenden los liberales, un orden internacional apegado a las leyes. Pero la violación al actual orden internacional que ha hecho Bush sobrepasa otros niveles. Bush detuvo el ingreso de Estados Unidos a la Corte Penal Internacional, ha secuestrado ciudadanos europeos en sus países de origen para luego llevarlos a Guantánamo y ha hecho de esta prisión un territorio donde no se respeta ninguna ley. Por si fuera poco, ha ordenado la ejecución de cientos de personas por parte de los cuerpos de inteligencia estadunidenses. Todo esto en nombre de la lucha en contra del terrorismo, cuando lo que hace es justamente lo mismo.
Así que ya se juzgó a Husein, ¿y a Bush cuándo?
rmartin@milenio.com
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