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lunes, febrero 04, 2008

Opinión - Enrique Mendez

Plaza Liberación
  • ¿Y la Gran Alianza?
  • Los rezagos de Emilio

Jornada Jalisco

Con todo y sus deficiencias, el primer Charro Negro del estado presentó su primer Informe de Gobierno y prometió enviar una iniciativa con el supuesto fin de fortalecer la fiscalización a su gobierno, aun cuando se trate de un proyecto que va precisamente en el sentido contrario. Si bien el formato del Informe es obsoleto, la idea de Emilio González Márquez es que los diputados no lo molesten ni lo critiquen cada año.

La idea del gobernador va, inclusive, en contra corriente del proyecto que su partido, Acción Nacional, ha presentado en el Congreso de la Unión, para permitir que los diputados puedan cuestionar al Presidente cada primero de septiembre, si bien la iniciativa está congelada.

Aunque, viendo la forma en que lo trataron hasta los diputados del PRD y del PRI, habida cuenta que el primer año de la administración emilista tiene más deudas que éxitos, no vale la pena siquiera que el gobernador se despeine ni sus asesores se esfuercen por prepararle un discurso coherente que presentar ante el Congreso del Estado.

Vaya, no hubo un solo diputado que le preguntara, por ejemplo, qué fue de la Gran Alianza por Jalisco, cuando se trata precisamente del que se supone es el plan de gobierno de la segunda administración panista en la entidad, y que no aparece por ningún lado.

Dicho plan sexenal tenía que ver con tres ejes fundamentales: un incremento sustancial en los salarios, construir un entorno de vida digna y otorgar vivienda segura para todos los jaliscienses.

Pero si nos atenemos al propio discurso del gobernador y a los resultados de los primeros meses de su administración, la dichosa alianza nomás como que no cuaja.

Es reconocible, sí, que González Márquez no se sienta tranquilo ni satisfecho porque la gran mayoría de los jaliscienses no gane lo suficiente para vivir, nada más que a ese círculo poblacional –una buena parte en la pobreza extrema– lo que le importa es ver cómo mejora su situación y no que el gobernador no pueda dormir de la preocupación después de rezar el rosario.

Motivado está porque las encuestas le dan un primer tramo de gobierno en el que apenas ha logrado pasar de panzazo, así que afortunadamente para él todavía tiene cinco años para echarle talento.

Por lo pronto, en algunos de los rubros que tocó de pasadita en su informe –no tenía tiempo para más– como que todavía hay muchos rezagos, o bien los repuntes en ciertas áreas son marginales y no son propias de un gobierno que se preocupa por el bienestar social.

Veamos: en el último año del gobierno de Francisco Ramírez Acuña, y cuya ruta final le correspondió llevar a Octavio Solís, se incrementaron 38 por ciento las denuncias por violencia intrafamiliar y aumentaron 30 por ciento las detenciones de agresores; con el primer Charro Negro las aprehensiones apenas aumentaron 33 por ciento.

En combate a la delincuencia, la pasada administración logró reducir el robo de automóviles en 55.2 por ciento, pero con Emilio González ese índice subió 6 por ciento.

La inversión privada, que en 2006 fue de 2 mil 317 millones 248 mil dólares, equivalente a 35 por ciento respecto a 2005, apenas creció 182 millones de dólares en el primer año del actual sexenio, y aún así fue considerada por el gobernador como “una cifra récord”.

Otro de los rubros considerados de gran éxito en el primer informe fue el de la derrama turística. Nada más que con Solís se logró captar 25 mil 179 millones 48 mil 308 pesos, y en 2007 fue apenas de 26 mil millones de pesos, es decir 820 millones 951 mil 692 millones.

Ello explica, en parte, por qué los niveles de pobreza en Jalisco estén en niveles indignantes. Así que a este paso, González Márquez y sus operadores financieros tendrán que armar otras estrategias económicas, porque esos números no serán suficientes para financiar las telenovelas de Televisa, ya no digamos para mejorar el estatus de los jaliscienses.

Del archivero

Como parte de la autocrítica de González Márquez hizo falta una revisión del ejercicio político panista en este tramo, esencialmente en lo que toca a los escándalos escenificados por el alcalde de Tonalá, Jorge Vizcarra Mayorga, y se habría visto bien, por ejemplo, una definición en el sentido de que Acción Nacional y el gobierno del estado no negocian la entrega de presuntos delincuentes. Tampoco hubo una señal clara respecto de la presunta participación del procurador Tomás Coronado Olmos en fiestas sexuales con menores de edad. Con esos dos grandes pendientes, la convocatoria a la sociedad para que trabaje a favor de que “Jalisco sea el mejor lugar para vivir” se queda en mera retórica. Si no, que se lo explique a los deudos de Carlos Romo o a las menores ultrajadas.

liberacion@gmail.com

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