La CEDHJ y su nuevo presidente
La Jornada Jalisco
La Comisión Estatal de Derechos Humanos de Jalisco (CEDHJ) tiene nuevo presidente: Felipe de Jesús Alvarez Cibrián. Su designación fue controvertida, pues no hubo igualdad en el trato que los diputados dieron a los contendientes (más de 15), no se suscitaron debates ni se supo públicamente cuáles eran los perfiles y las propuestas de los candidatos (salvo casos excepcionales). Todo se hizo a través del cabildeo, de los amarres entre las cúpulas, entre las elites, entre quienes detentan el poder y tratan, por todos los medios posibles, de evitar una comisión incómoda, crítica, comprometida. En la sesión en la cual se eligió a Alvarez Cibrián, el ahora muy viajero diputado perredista (un mes en el extranjero con cargo al erario) Samuel Romero Valle solicitó el apoyo de la fuerza pública e incluso hubo una persona golpeada. Este proceso de elección no representa un buen augurio para la situación del respeto a los derechos humanos en Jalisco: tendremos un presidente desligado de la sociedad y cercano a la elite política, al poder.
La CEDHJ es un órgano público autónomo y ciudadano, es decir, recibe recursos estatales pero no obedece los designios del Ejecutivo o del Legislativo (aunque éste, cosas de la vida, lo elige). Esta supuesta separación no se cumple a cabalidad. El caso de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) es emblemático: su actual presidente, José Luis Soberanes, se ha plegado a las intenciones de Felipe Calderón, ha repetido sus argumentos y parece representar una oficina más de la Presidencia y no un órgano autónomo. En su más reciente dislate, Soberanes fustigó (como antes lo había hecho Ulises Ruiz y la Secretaría de Gobernación) el informe sobre las violaciones a los derechos humanos en Oaxaca y en México, presentado por Irene Khan, secretaria general del organismo más importante y con más prestigio en defensa de los derechos humanos, Amnistía Internacional.
En Jalisco los derechos humanos se violan constantemente, pero al gobierno de cuño panista poco le importa el asunto. Los policías discriminan, pegan, torturan y tenemos casos tan oprobiosos como el del 28 de mayo de 2004, cuando cientos de jóvenes fueron brutalmente golpeados por policías estatales y municipales por el pecaminoso hecho de atreverse a protestar y a marchar. Ninguna autoridad ha sido castigada por este incidente: el entonces gobernador de Jalisco, Francisco Ramírez Acuña, ahora es secretario de Gobernación a nivel federal y parece que jamás, nunca, en ningún momento, será castigado por sus extravíos y por violar los derechos humanos en su estado natal.
Felipe de Jesús Alvarez Cibrián arribó a la presidencia de la CEDHJ con los estigmas de la sospecha y la desconfianza: se han ventilado públicamente sus nexos con el gobernador de Colima, Silverio Cavazos, con otros políticos y con el diputado panista Gustavo González Hernández; además, ha corrido el rumor de que su designación obedeció a un arreglo con las fracciones del PAN y del PRI en el Congreso local, las cuales pidieron “plazas” a cambio de elegir a Alvarez Cibrián. ¿Podrá el nuevo presidente actuar de manera autónoma y confrontarse con el gobierno y los partidos políticos para garantizar los derechos humanos en Jalisco? Seguramente no.
El respeto a las garantías constitucionales no solamente es un asunto entre la CEDHJ y los poderes políticos, sino una cuestión ciudadana: sin ésta, todo esfuerzo está condenado al fracaso. Por otra parte, el presupuesto a este organismo público autónomo dibuja muy bien el interés de las autoridades por el respeto a los derechos humanos: es de 50 millones de pesos anuales, es decir, menos de lo otorgado por Emilio González Márquez para el desangelado y superfluo evento de Televisa, Espacio 2007, celebrado del 4 al 8 de junio del presente año. ¿Cuántas actividades y proyectos se pudieron realizar con los 67 millones de pesos que González Márquez otorgó a la televisora si dicho dinero se hubiera invertido en la concientización de la población sobre la necesidad imperante de respetar los derechos humanos, de conocerlos y ejercerlos?
No cabe duda que la defensa de los derechos humanos no está en la CEDHJ, sino en la sociedad misma, en la organización de ésta para poder combatir los excesos que a diario cometen los potentados. Sin embargo, hubiera sido deseable que, en la presidencia de la comisión, hubiera estado una persona que tuviera conocimiento de la situación actual de los derechos humanos en Jalisco y que poseyera vínculos con la sociedad civil. No se dio, pues los diputados prefirieron un ombudsman maniatado, débil y más cercano a las elites e intereses políticos que a la defensa de las garantías constitucionales. Con estos hechos, la tarea por hacer de Jalisco un estado más justo, igualitario y donde se respeten las garantías constitucionales será una labor más difícil, titánica, pero que, sin duda, la sociedad debe y precisa afrontar.
jorge_naredo@yahoo.com
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