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domingo, enero 07, 2007

Opinión - ALICIA YOLANDA REYES

Calidad de Vida

La Jornada Jalisco - 07/01/07

En la última reunión del Comité de Atención Integral del Coesida Jalisco, que se llevó a cabo el año pasado, el doctor Jaime Andrade Villanueva, director de la Clínica de VIH/Sida del Hospital Civil de Belén, una de las unidades más completas que existen en la entidad, con reconocimiento a nivel internacional, mostró su preocupación por la epidemia de tuberculosis que se estaba presentando una vez más en el albergue para personas inmunosuprimidas PAIDID, que dirige la religiosa sor Bertha López Chávez.

El albergue denominado Beata María de Jesús, que nació oficialmente en marzo de 1994, gracias a la donación de un terreno del entonces presidente municipal de Tonalá, Jorge Arana, y con la bendición del fallecido cardenal Juan Jesús Posadas Ocampo, está a cargo de las misioneras del Sagrado Corazón de Cristo Resucitado, orden fundada por la citada sor Bertha Chávez, que ante las constantes críticas de que es objeto por el maltrato de los pacientes con Sida, señala que es la respuesta de la Iglesia ante la enfermedad.

Sor Bertha, en opinión de algunos funcionarios y ex funcionarios de salud, se siente la sucesora de Teresa de Calcuta, y maneja la misma tesis que la galardonada con el Premio Nobel por su labor hacia los más necesitados.

Es decir, está convencida de que el Sida es un castigo divino por los excesos sexuales. Si éstos fueron entre personas del mismo sexo son considerados por sor Bertha como más graves, por lo que los invita a arrepentirse, hacer penitencia, purgar sus pecados, para que llegado el momento puedan acceder al reino de los cielos.

Otra de las cruzadas de sor Bertha es descalificar el uso del condón, con el argumento de que tiene poros que permiten el paso del virus.

En todos los foros en que se presenta ella o sus allegados, se dedican a descalificar este método que ha probado ser hasta 95 por ciento seguro para evitar el contagio de enfermedades de transmisión sexual, entre ellas el Sida.

Otra de las cruzadas de sor Bertha es allegarse niños de escasos recursos, a quienes hace pasar como enfermos de Sida, y como los niños siempre despertarán más lástima, en donde se presenta muestra un video con niños que, “según ella, padecen esta enfermedad”, para lo cual obtiene recursos incluso a nivel internacional.

El robarse niños le ha traído múltiples problemas que, gracias al apoyo que tiene del cardenal Juan Sandoval Iñiguez, ha logrado sortear con éxito.

Hasta al gobernador Francisco Ramírez Acuña llegó a regañar, asevera una funcionaria que en ese entonces trabajaba en la Secretaría de Salud, y vaya que el actual secretario de Gobernación no permitía que nadie lo regañara.

Eso es una muestra del poder que tiene la monjita en la entidad que, no contenta con sus negocios en Jalisco, amplió sus horizontes y tiene un albergue en Cancún y otro en Mérida, donde recibe donaciones en efectivo y en especie.

Una funcionaria de salud que me pidió omitir su nombre recuerda que visitó Cancún, ahí acudió a la “Ciudad de la Alegría”, como se denomina el albergue que recibe, además de personas con Sida, a madres solteras, personas con enfermedades terminales, usuarios de drogas, entre otros.

Una monjita “nos hizo el tour, nos explicó que en ese momento atendían a 20 niños con Sida, le pregunté si todos tenían Sida, me aseveró que así era, en eso llegó el médico del albergue y volví a hacer la pregunta, el galeno dijo: no, sólo dos de los niños tienen el virus”.

En el albergue de Tonalá la situación es igual, hacer pasar a los pequeños como afectados por el virus que causa el Sida, aunque menos del 10 por ciento de los albergados vivan ese problema.

Nuestra informante continúa narrando: “en lo que recorríamos el albergue de Cancún, vimos salir personas con diablitos sacando juguetes y otros objetos que cargaban en una camioneta para irlos a vender, eran los mismos que benefactores habían donado a los asilados, pero que las monjitas aceptaban que vendían para allegarse recursos”.

En Tonalá la historia es similar, los mismos albergados aseveran que los mandan al tianguis de esa población a vender muchos de los productos que les son donados.

El destino de lo obtenido con las ventas se desconoce, aunque hay señalamientos de que una parte va a aparar al Arzobispado, quizá sea ésa la razón por la que se defiende tanto la labor de sor Bertha, que ahora ha incursionado en otras áreas, como la lucha contra el suicidio, para lo cual formó otra asociación, CEDAC, donde el director es su hermano, que por cierto casi no asiste, pero sí cobra un sueldo.

Lo más grave es que sor Bertha se niega a incluir a “sus enfermos” en el programa de la Secretaría de Salud, de acceso gratuito a antirretrovirales, con el argumento de que ellos ya tienen padrinos, y hace unos días dijo públicamente que gasta alrededor de 30 mil pesos mensuales en cada uno de sus asilados, para lo cual requiere de la ayuda de particulares.

Jesús Martínez Serna, responsable del área de atención integral del Coesida Jalisco, resalta que sor Bertha toda la vida ha inflado el número de niños que dice atender; hace unos días aseveró que atendía 130 menores con Sida, más de los que tiene registrados el Coesida.

Varias organizaciones de la sociedad civil y médicos que atienden a estos pacientes en el Hospital Civil y en el Hospital General de Occidente han solicitado la intervención de la Secretaría de Salud, pero hasta ahora el temor de molestar a la Iglesia ha sido más fuerte.

No es posible que exista un poder más fuerte que el Estado y el bien común, y se permita que las personas sigan falleciendo por mala atención, que niños sean estigmatizados y no se les permita un desarrollo sano y, sobre todo, que se esté lucrando con el dolor ajeno. ¿O usted cómo la ve?

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